¿Qué es el miedo a los espacios abiertos?
El miedo a los espacios abiertos (también denominado agorafobia) se define como una forma de trastorno de ansiedad que provoca un miedo anormal a los espacios abiertos, a los lugares públicos concurridos o a salir de un lugar seguro. La persona que experimenta el miedo no suele tener miedo a los espacios abiertos o a la gente, sino que teme encontrarse en una situación embarazosa de la que no pueda escapar. Este trastorno se desarrolla inicialmente después de que la persona que lo padece experimenta un ataque de pánico, normalmente en un lugar público, y posteriormente los ataques pueden producirse sin previo aviso.
Como resultado de la aleatoriedad de estos ataques, la persona que lo padece espera que se produzcan futuros ataques de pánico y teme las situaciones en las que pueden producirse. El miedo a los espacios abiertos es una condición muy angustiosa, y puede repercutir negativamente en la vida diaria, las situaciones sociales, el trabajo y las relaciones. Las personas que padecen esta enfermedad rara vez se aventuran a salir en público y a menudo necesitan estar acompañadas. Si no se trata, el miedo a los espacios abiertos puede provocar graves problemas de salud, como trastornos de pánico u obsesivos, depresión y tensión.
Diagnóstico del miedo a los espacios abiertos
Los síntomas y signos comunes del miedo a los espacios abiertos varían de una persona a otra y pueden incluir:
- Dificultad para respirar
- Respiración rápida
- Temblores o temblores
- Latidos irregulares
- Náuseas
- Sudoración
- Sensación leve de malestar, pánico o ansiedad que desemboca en un miedo intenso
- Fatiga
- Sensación de fatalidad inminente
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¿Qué causa el miedo a los espacios abiertos?
El miedo a los espacios abiertos se produce como resultado de un trastorno interno de ansiedad o pánico que se agrava o se descontrola provocando que el individuo evite situaciones o lugares en los que pueda experimentar sensaciones de pánico.
La mente inconsciente realiza una asociación negativa que relaciona los lugares públicos concurridos, los espacios abiertos, el abandono de un lugar en el que se sentía seguro y protegido o un trauma emocional. Las personas que son tímidas y cautelosas por naturaleza tienen bajos niveles de confianza y tienden a ser preocupantes o perfeccionistas también pueden desarrollar esta fobia. Estas fobias también pueden ser aprendidas involuntariamente.
Ayuda para el miedo a los espacios abiertos
Varias opciones de tratamiento pueden ayudar a reducir los síntomas asociados al miedo a los espacios abiertos, así como a desarrollar habilidades de afrontamiento y a manejar el miedo y la ansiedad de forma eficaz. Para tratar la ansiedad y los ataques de pánico pueden recetarse medicamentos como ansiolíticos y antidepresivos, como Zoloft, Paxil o Prozac.
Más información sobre el miedo a los espacios abiertos
Consejos para afrontar el miedo a los espacios abiertos
Para manejar el miedo a los espacios abiertos, se pueden hacer ciertas cosas para aliviar los síntomas fóbicos y éstas incluyen:
- Ser realista y aceptar tus miedos dando un paso a la vez
- Sustituir la autoconversación negativa por afirmaciones positivas y la creencia de que puedes vencer este miedo
- Llevar un diario para hacer un seguimiento de tus progresos y expresar tus emociones
- Explorar otros intereses o aficiones como pintar, unirte a un club de lectura o ganar más confianza en ti mismo
- Aprender técnicas de relajación como varios tipos de ejercicios de respiración, meditación, yoga, pilates o imágenes mentales guiadas para afrontar la situación
- Consume una dieta equilibrada, haz ejercicio regularmente y sigue rutinas de sueño saludables para reducir el estrés y la ansiedad
- Únete a un grupo de apoyo en el que puedas hablar de tu miedo y tus sentimientos con personas que experimentan la misma fobia
- Infórmate y empodérate sobre tu condición para poder entenderla mejor
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