La hipergamia viene del prefijo griego hyper, «por encima», y gamos, «matrimonio». Considere las palabras monogamia o poligamia, por comparación.

El término surgió en la década de 1880 a partir de antropólogos ingleses que describían las prácticas matrimoniales en la sociedad de castas del subcontinente indio. Para el sánscrito anuloma, acuñaron hipergamia, utilizada para casarse con una casta superior; pratiloma se convirtió en hipogamia, o «casarse hacia abajo». Tradicionalmente, a las mujeres indias se les prohibía casarse por debajo de su casta, de ahí la hipergamia.

Estos términos encontraron uso para la práctica más amplia fuera de la India. También se amplió para significar un individuo que posee más capital social de algún tipo, ya sea educación, riqueza o atractivo físico. La idea gira en torno al concepto de utilizar el matrimonio para obtener beneficios sociales al asociarse con una persona más privilegiada o poderosa.

Aunque la hipergamia no es un concepto exclusivamente de género, en el siglo XX fue adoptado por algunos grupos masculinistas que piensan que los hombres son las víctimas de las mujeres que practican la hipergamia.

A principios de la década de 2010, la hipergamia fue cooptada por grupos de derechos de los hombres, incels y otros grupos antifeministas en línea que acusan a las mujeres de casarse a propósito con hombres más atractivos o más ricos por interés propio. Según esta interpretación de la hipergamia (a veces llamada hipergamia femenina), las mujeres tienen un deseo natural de emparejarse con los hombres que pueden proporcionarles más beneficios, y abandonarán a sus parejas actuales o mentirán a las futuras para casarse mejor.

Aunque los datos sugieren que los hombres y las mujeres seleccionarán sexualmente basándose en diferentes características, tal vez incluso en impulsos biológicos profundamente arraigados de procreación y provisión, no hay pruebas, científicas o sociales, de que las mujeres estén predispuestas de forma innata a buscar la hipergamia. Esta creencia es sexista, simple y llanamente.

Los estudiosos feministas y raciales han especulado que las mujeres se han visto históricamente obligadas a practicar la hipergamia debido a los límites patriarcales de su agencia. Uno de los recursos para conseguir autonomía y poder era casarse con alguien mayor.

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