El ATG está aprobado en EE.UU. para tratar la anemia aplásica adquirida y para reducir la posibilidad de rechazo de órganos después de un trasplante de riñón u otro órgano. También puede utilizarse para tratar los SMD o reducir el rechazo tras un trasplante de médula ósea. En EE.UU. también se vende bajo la marca Atgam®.

El ATG actúa eliminando unas células específicas del sistema inmunitario denominadas linfocitos T, que son las que atacan a las células madre de la médula ósea en la anemia aplásica. Esto permite que la médula ósea de un paciente con anemia aplásica reconstruya su suministro de células madre de la médula ósea, haciendo que los recuentos sanguíneos aumenten.

Por lo general, la ATG se administra por infusión intravenosa en una vena durante 8-12 horas al día, durante 4 días. El programa depende de sus necesidades, del tipo de ATG utilizado y de las preferencias del médico o del hospital. No se ha demostrado que una pauta sea mejor que otra.

¿Cómo funciona?

Cuando se utiliza sola, la ATG mejora los recuentos sanguíneos de los pacientes con anemia aplásica aproximadamente en la mitad de los casos. Cuando se utiliza con ciclosporina, la ATG mejora los recuentos sanguíneos en aproximadamente 7 de cada 10 casos. Cuando se administra también un factor de crecimiento plaquetario denominado eltrombopag (Promacta®), más de 7 de cada 10 personas ven mejorados sus recuentos sanguíneos.

Si funciona, la ATG suele acabar con la necesidad de transfusiones de sangre en 3 meses. El éxito total puede tardar al menos 9 meses. Algunos pacientes pueden responder inicialmente, pero más tarde pueden recaer y necesitar otro tratamiento.

¿Cuáles son los efectos secundarios habituales?

Al recibir el tratamiento, algunos efectos secundarios comunes son:

  • Escalofríos
  • Fiebre
  • Urticaria
  • Náuseas
  • Vómitos
  • Diarrea
  • Mareos
  • Dolor de cabeza

Estos efectos secundarios suelen desaparecer después del tratamiento.

ATG de caballo frente a ATG de conejo

El ATG se crea inyectando glóbulos blancos humanos (células T) en un caballo o un conejo, y extrayendo los anticuerpos producidos. Un estudio reciente realizado por los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) descubrió que la ATG derivada del caballo proporcionaba una mejor tasa de respuesta global en los pacientes con anemia aplásica. En otras palabras, los pacientes que tomaron ATG de caballo tuvieron mayores recuentos sanguíneos, y los recuentos se mantuvieron durante más tiempo en comparación con los pacientes que recibieron ATG de conejo. Más información sobre este estudio

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