Los criptomercados y el futuro del consumo de drogas

Actualmente, debido a que las actividades de aplicación de la ley se han centrado en las farmacias ilícitas en línea, el mercado se ha adaptado, concretamente, a través de los criptomercados. Los criptomercados son lugares en línea para la compra de drogas (y otro tipo de contrabando) protegidos por una tecnología que permite la comunicación anónima (por ejemplo, el software Tor, de Seattle, WA) y que utiliza una moneda diseñada para ser difícil de rastrear (es decir, criptodivisas como Bitcoin). Estos mercados suelen contar con sistemas plenamente desarrollados de retroalimentación de los clientes y de resolución de conflictos. Aunque las farmacias ilícitas en línea comercian con productos farmacéuticos, los criptomercados ofrecen acceso a una gama más amplia de drogas, incluyendo productos de cannabis, 3,4-metilendioximetanfetamina (MDMA), cocaína y anfetaminas.

¿Qué significan los criptomercados para el futuro del consumo de drogas? En una revisión reciente, Aldridge et al.5 argumentaron que los criptomercados podrían aumentar la prevalencia del consumo de drogas de tres maneras: (1) proporcionando acceso a las drogas a clientes que no podrían acceder a ellas en sus propios barrios, (2) proporcionando acceso a las drogas a clientes que, de otro modo, no las comprarían fuera de línea, y (3) facilitando las compras al por mayor en los criptomercados por parte de los traficantes fuera de línea, lo que llevaría a un aumento de la disponibilidad local. Sin embargo, los criptomercados también pueden aportar beneficios, con pruebas preliminares que sugieren una mayor pureza de las drogas obtenidas en el criptomercado en relación con las obtenidas fuera de línea (posiblemente como resultado de la presión ejercida sobre los vendedores para que vendan productos de alta pureza porque los sistemas pueden rastrear e informar de los comentarios de los clientes).5 Dado el anonimato de las transacciones, la amenaza de violencia puede reducirse notablemente con el criptomercado en comparación con las transacciones fuera de línea, aunque esto puede verse compensado, al menos en parte, por un mayor riesgo de pagar por drogas no recibidas. Dado que la gente seguirá comprando drogas, los criptomercados pueden ofrecer varias ventajas personales y de salud pública en comparación con las compras fuera de línea.

Cuando nos enfrentamos a un lugar emergente para la venta de drogas ilícitas, nuestro impulso es centrarnos en la aplicación de la ley. De hecho, ha habido operaciones a gran escala contra los criptomercados, pero los datos sugieren que los efectos son sólo temporales.6 ¿Y si modificamos nuestro enfoque?

Mientras que los mercados de drogas físicos suelen estar ocultos, lo que dificulta la intervención en el punto de venta, los mercados de drogas digitales suelen ser abiertos y ampliamente accesibles al público. ¿Y si pudiéramos aprovechar estos lugares para promover la salud? Las intervenciones podrían difundir mensajes orientados a la salud o incluso poner en contacto a los futuros clientes con recursos como el asesoramiento o los servicios de reducción de daños o incluso el tratamiento de los trastornos por consumo de sustancias. Algunos de estos trabajos ya están en marcha; por ejemplo, en 2014, una organización no gubernamental española puso en marcha un servicio de comprobación del contenido y la pureza de las drogas dirigido a las personas que utilizan los criptomercados.7 Es necesario investigar para seguir desarrollando y probando la eficacia de estas intervenciones e identificar la mejor manera de aplicarlas y ampliarlas.

Históricamente, la proporción de personas que obtienen drogas a través de Internet ha sido pequeña, pero es casi seguro que aumentará. Sólo estamos empezando a comprender los peligros y los beneficios de este cambio. El comercio de drogas en línea y los medios sociales ofrecen oportunidades sin precedentes para comprender y cuantificar los mercados de drogas, así como el comportamiento y las redes sociales de las personas que las consumen. Técnicas analíticas como la descrita por Mackey et al. son útiles para extraer grandes cantidades de datos y darles sentido.

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