Gentil, del latín gentilis, es un adjetivo que refiere a alguien que demuestra cortesía y amabilidad. Por ejemplo: «Ya conocí al nuevo vecino: es un hombre muy gentil y respetuoso», «Si quieres seducir a una mujer, tienes que ser gentil», «Me cansé de ser gentil y de que la gente se aproveche de mi buena voluntad», «El mundo sería un lugar mejor si hubiera más hombres gentiles».
La gentileza está asociada a la cortesía, la gala y la urbanidad. Si una persona ayuda a cargar el equipaje de otra, puede decirse que se trata de un sujeto gentil. En cambio, si un niño tiene una bolsa llena de caramelos y no convida, nadie lo puede calificar como gentil.
Sin embargo, calificar a alguien de gentil o de alguno de sus antónimos, como ser desatento o grosero, no es tan sencillo como analizar sus actitudes de forma aislada, buscando en una tabla a qué tipo de persona responden. Se trata de una apreciación muy personal y altamente dependiente del contexto social e histórico. Por ejemplo, si un adolescente no cede el paso a una mujer al ingresar a un edificio, esto no necesariamente significa que no haya recibido una educación basada en el respeto; no todos los hombres están de acuerdo con estas reglas de cortesía, ya que colaboran con el sexismo y asume que el género femenino es más débil, frágil, y que merece una mayor consideración que el masculino.
Dicho en otras palabras, ese adolescente puede ser considerado grosero para una persona mayor, mientras que los pensamientos de esta última bien pueden parecer arcaicos y faltos de fundamento para el primero. Los jóvenes suelen ser despreciados por los ancianos, con frases que hacen alusión a la superioridad del pasado por sobre el presente. Muchos pueden asegurar que se trata de un mecanismo de defensa ante el paso del tiempo, de una serie de actitudes que esconden su miedo a continuar envejeciendo y alcanzar la inevitable muerte. Pero dejando a un lado las razones por las que se emiten tales juicios, es importante señalar que el objetivo principal es invalidar al otro ser junto con sus gustos y costumbres.
Esto deja de manifiesto una contradicción que tiene lugar cuando una persona mayor evalúa una actitud de un joven, ya que por un lado se señala que toda su existencia carece de validez, pero por el otro se ataca un punto en particular, como si de éste dependiera la imperfección del otro. Nuevamente, la gentileza puede cobrar distintos significados dependiendo de cuestiones culturales y generacionales, e incluso dentro de cada porción cerrada de una sociedad, como ser un grupo de amigos. Por otro lado, es común pensar que la bondad abre las puertas a la falta de consideración, al abuso de confianza, por lo que mucha gente escoge ignorar las necesidades ajenas para evitar la decepción.
Acepciones menos comunes
Otra utilización del adjetivo está vinculada a quien es donoso o resuelto: «Un gentil mozo ha intentado conquistar a mi niña, pero ella lo rechazó», «Recibí la ayuda de un gentil muchacho que me ha ayudado a salir del paso».
El término también se usa en el ámbito de la religión. Dentro de la colectividad judía, gentil es el individuo o el grupo comunitario que profesa una religión diferente. En este caso, gentil es una traducción del vocablo goy (cuyo plural es goyim).
Gentil, por otra parte, es sinónimo de pagano. Los paganos son quienes creen en distintos dioses (politeístas) o en ídolos (idólatras), como los antiguos griegos o los romanos. Los gentiles o paganos, en este sentido, no creen en un único Dios (como los cristianos, los musulmanes o los judíos).
En Perú, se conoce como gentiles a los habitantes que vivieron antes de los incas.