I. Cribado neonatal

Presentación del cribado neonatal

El cribado neonatal es uno de los programas de salud pública más exitosos del país (1). Los programas de cribado neonatal analizan a los bebés para detectar trastornos que a menudo no son evidentes al nacer. Estos trastornos pueden ser hereditarios, infecciosos o estar causados por un problema médico de la madre. Si estos trastornos no se detectan y tratan poco después del nacimiento, pueden causar retraso mental, enfermedades graves o muerte prematura. Más de 4 millones de recién nacidos son examinados anualmente en los Estados Unidos, y miles de bebés son rescatados de la discapacidad y la muerte.

El cribado de los recién nacidos comienza entre las 24 y 48 horas siguientes al nacimiento del niño, cuando se obtienen unas gotas de sangre de un pinchazo en el talón. Las manchas de sangre se envían a un laboratorio que forma parte del departamento de salud pública estatal o territorial. Las manchas se analizan con distintos métodos de laboratorio para detectar marcadores bioquímicos y genéticos que revelen trastornos congénitos ocultos (presentes al nacer). Si se encuentran dichos marcadores, el programa de seguimiento del cribado neonatal avisa a los padres y a los médicos para que el bebé reciba atención inmediata. Los programas de seguimiento organizan pruebas de diagnóstico para confirmar los resultados del cribado neonatal. Los programas de seguimiento también remiten al niño a un centro de tratamiento para que tenga acceso a los servicios médicos esenciales necesarios para minimizar los efectos del trastorno subyacente.

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