Desde jugar con iPads hasta ver la televisión, los niños parecen pasar cada vez más tiempo dentro de casa. El aumento del número de niños que pasan una cantidad predominante de tiempo en el interior ha llevado a la publicación de numerosos estudios que destacan el impacto negativo que esto está teniendo en su salud y desarrollo. Al mismo tiempo, la investigación también ha descubierto que hay muchos beneficios para los niños que juegan al aire libre, aquí están sólo siete de los beneficios:
1. Aprender
Jugar al aire libre ayuda a los niños a desarrollar su capacidad de aprendizaje. Al colocar equipos educativos al aire libre, los niños aprenden pronto a través del juego, que es una forma divertida de ayudar a los niños a aprender nueva información y habilidades. Además, el aprendizaje al aire libre anima a los niños a pensar que el aprendizaje es un proceso continuo en lugar de algo que se hace en el aula.
2. Creatividad
El juego al aire libre es estupendo para fomentar la creatividad de los niños. Lejos de las limitaciones y el confinamiento del juego en el interior, al estar al aire libre la imaginación de los niños suele verse estimulada por los objetos que los rodean y rápidamente sacan a relucir su creatividad.
3. Salud
El juego al aire libre tiene numerosos beneficios para la salud. Al disponer de más espacio para jugar, los niños suelen ser más activos cuando están al aire libre, lo que les ayuda a tener unos huesos fuertes y una buena forma física, a la vez que les permite quemar energía y calorías adicionales. Además, el sol, incluso en invierno, hace que los niños absorban de forma natural la vital vitamina D, cuya falta puede provocar raquitismo.
4. Habilidades sociales
Como los espacios exteriores suelen estar menos concurridos que los interiores, son menos intimidantes y ayudan a los niños a salir de su caparazón de forma natural y a ser más sociables. Esto significa que los niños estarán más dispuestos a participar en juegos y actividades, mientras que también serán más propensos a hablar con otros niños y hacer nuevos amigos. Todo ello anima a los niños a aprender habilidades sociales y a relacionarse con otros niños sin la supervisión de un adulto.
5. Bienestar
Dar a los niños la libertad de jugar al aire libre les ayuda a sentirse más felices y tranquilos. Como ya se ha dicho, estar al aire libre hace que los niños obtengan de forma natural vitamina D, que está demostrado que ayuda a mejorar el estado de ánimo y a crear una actitud mental positiva. La libertad de jugar al aire libre también anima a los niños a deshacerse de la energía acumulada, sobre todo si tienden a estar inquietos cuando están sentados durante largos períodos de tiempo, lo que les lleva a estar más tranquilos y, en última instancia, les ayuda a estar más concentrados cuando están en el aula.
6. Independencia
El gran espacio en el que jugar significa que cuando están fuera los niños suelen estar lejos de la supervisión directa de los adultos. Esto les ayuda a aprender a ser independientes cuando interactúan socialmente con otros niños, así como a aprender a jugar por sí mismos. Aprenden a turnarse en los juegos, a levantarse si se caen y a desenvolverse en equipos desconocidos, lo que hace que los niños aprendan a ser independientes y autosuficientes.
7. Explorar
A menudo los equipos de juego al aire libre tienen un poco más de riesgo que los juguetes de interior. Ya sea animando a los niños a utilizar toboganes por los que podrían tener un poco de miedo a bajar, o a probar senderos de juego desafiantes; los equipos de juego al aire libre pueden ayudar a los niños a aprender a superar sus límites y a ser buenos en la evaluación de riesgos. También les enseña a explorar nuevos juegos y a adquirir confianza para aprender a probar cosas nuevas sin ser guiados por los adultos.