La bilis, también llamada hiel, secreción de color amarillo verdoso que se produce en el hígado y pasa a la vesícula biliar para su concentración, almacenamiento o transporte a la primera región del intestino delgado, el duodeno. Su función es ayudar a la digestión de las grasas en el duodeno. La bilis está compuesta por ácidos y sales biliares, fosfolípidos, colesterol, pigmentos, agua y sustancias químicas electrolíticas que mantienen la solución total ligeramente alcalina (con un pH de aproximadamente 7 a 8). La bilis se segrega continuamente desde las células del hígado hacia el conducto biliar común y la vesícula biliar; una vez en la vesícula, suele concentrarse hasta unas 5 veces -y a veces hasta 18 veces- la fuerza de la secreción original. La cantidad de bilis secretada en el duodeno está controlada por las hormonas colecistoquinina, secretina, gastrina y somatostatina y también por el nervio vago. El hígado produce diariamente entre 800 y 1.000 ml de bilis (antes de la concentración).

bilis

en una biopsia de hígado que muestra colestasis hepática (micrografía con tinción de hematoxilina y eosina).

Nefro

Cuestionario de Britannica
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Las sales biliares están compuestas por las sales de cuatro tipos diferentes de ácidos biliares libres (ácidos cólico, desoxicólico, quenodesoxicólico y litocólico); cada uno de estos ácidos puede, a su vez, combinarse con glicina o taurina para formar ácidos y sales más complejos. Las sales y ácidos biliares pueden sintetizarse a partir del colesterol o ser extraídos del torrente sanguíneo por el hígado. Pasan del hígado al intestino delgado, donde actúan como detergentes para emulsionar la grasa y reducir la tensión superficial de las gotas de grasa para prepararlas para la acción de las enzimas pancreáticas e intestinales que dividen la grasa. Las sales son iones grandes con carga negativa que no se absorben fácilmente en la región superior del intestino delgado; en consecuencia, permanecen en el intestino delgado hasta que se digiere la mayor parte de la grasa. En la parte inferior del intestino delgado, las sales y los ácidos se absorben y vuelven a pasar al torrente sanguíneo hasta que son extraídos de nuevo por el hígado; este ciclo, del hígado al intestino delgado y a la sangre y luego de vuelta al hígado, se denomina circulación enterohepática. Durante este proceso se pierden algunas sales y ácidos, que se reponen en el hígado mediante una síntesis continua a partir del colesterol. La tasa de síntesis está directamente relacionada con la cantidad de ácidos y sales que se pierden. Las sales biliares no suelen llegar al colon; sin embargo, cuando lo hacen, pueden inhibir la absorción de agua y sodio, provocando una diarrea acuosa.

Las sales y los ácidos biliares se transportan en un fluido que contiene agua, sodio, cloruro y bicarbonatos. Este líquido se produce en el hígado y sirve para neutralizar el ácido clorhídrico que pasa del estómago al intestino delgado. Los desechos insolubles en agua que el hígado elimina de la sangre, como el colesterol, los esteroides, los fármacos y los pigmentos de hemoglobina, se transportan en el líquido al sistema excretor. Los pigmentos de hemoglobina se descomponen, produciendo varios compuestos del líquido biliar, entre ellos la bilirrubina, que no tiene otra función conocida que la de agente colorante. En la bilis también pueden encontrarse restos de otras sustancias, como moco, proteínas séricas, lecitina, grasas neutras, ácidos grasos y urea.

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