El hierro, la vitamina B12 y el folato son necesarios para funciones metabólicas esenciales. Los estados carenciales de estos nutrientes, ya sea por separado o en combinación, son condiciones clínicas comunes. Clínicamente, se presentan no sólo con trastornos de la hematopoyesis, sino también con efectos generalizados en otros órganos que pueden preceder a la aparición de anomalías hematológicas. La investigación de la sospecha de deficiencia de hierro, vitamina B12 o folato debe dirigirse en primer lugar a establecer que el estado de deficiencia existe, pero esto puede ser un reto debido a las limitaciones de los biomarcadores disponibles para evaluar el estado de los tejidos. Es indispensable una evaluación cuidadosa de los síntomas y signos clínicos para orientar la solicitud e interpretación adecuadas de las pruebas de laboratorio pertinentes. Debe hacerse todo lo posible para determinar la causa de la deficiencia nutricional y tratarla cuando sea posible. Corregir la deficiencia con suplementos suele ser sencillo, siempre que se garantice la adherencia al tratamiento. Debe evitarse la transfusión de sangre a menos que los síntomas dicten lo contrario.