Centrada en torno a la catedral y el castillo, la ciudad de Lincoln, en el corazón del histórico condado de Lincolnshire, está repleta de atractivos edificios, entre los que se incluyen bellas propiedades del siglo XVI y georgianas. También dispone de excelentes instalaciones comerciales y de ocio, lo que convierte a Lincoln en un lugar ideal para unas vacaciones cortas.
Visite el centro de la ciudad y retroceda en el tiempo. Lincoln era una ciudad romana que rivalizaba con Londres en importancia y aún quedan muchos vestigios de esta época de la historia de la ciudad: todavía se pueden ver restos de la antigua muralla, el acueducto y el pozo. Se cree que el arco de Newport, del siglo III, es el único arco romano que aún se utiliza para el tráfico. En tiempos de los vikingos, Lincoln era un importante centro comercial que producía monedas en su propia ceca.
Pero fueron los normandos quienes dejaron los mejores recuerdos del pasado: la catedral y el castillo. En la cima de la colina se encuentra el corazón de Lincoln: su catedral. Este magnífico edificio medieval de 900 años de antigüedad corona la ciudad; la gente viene de todo el mundo para contemplar su enorme belleza gótica y su magnífica música: hay servicios religiosos diarios dirigidos por el coro residente. Es el tercer edificio que ocupa el lugar, ya que la iglesia original del año 953 fue sustituida en 1072 por la catedral normanda, de la que ahora sólo queda parte de la fachada oeste. Tras un desastroso incendio y un terremoto, las obras de la actual estructura gótica fueron iniciadas por San Hugo en 1192. La gran nave, con sus columnas de piedra caliza y mármol, su techo abovedado y sus coloridas vidrieras, es un espectáculo impresionante. En el interior se encuentran dos famosas vidrieras, el Ojo del Deán y el Ojo del Obispo, así como el famoso diablillo de Lincoln.
En lo alto del coro de los ángeles, en lo alto de una de las columnas, se encuentra la talla en piedra de un diablillo que ríe con picardía, sentado con una pierna sobre la rodilla. Según la leyenda, el diablillo de Lincoln era un demonio que llegó a la catedral de Lincoln arrastrado por una terrible tormenta. Este travieso diablillo bailó sobre el altar, hizo tropezar al obispo, derribó al deán y se burló del coro. Los ángeles guardianes de la catedral fueron testigos de este caos y convirtieron al diablillo en piedra, colocándolo en lo alto del coro de ángeles. Con una altura de sólo 30 centímetros, el travieso diablillo ha atraído a más gente a la catedral de Lincoln que cualquier otra cosa. El diablillo de Lincoln ha sido incluso adoptado como símbolo no oficial de la ciudad. Construido en el emplazamiento de la antigua fortaleza romana, esta fortaleza defensiva ha sido durante mucho tiempo el centro de los sistemas judicial y penal de la ciudad.
El Tribunal de la Corona todavía tiene su sede aquí, defendiendo los principios de justicia establecidos por la Carta Magna, y la copia original de Lincoln de este famoso documento, sellado por el rey Juan en Runnymede en 1215, es la pieza central de una exposición especial.
También puede visitar la singular capilla de la prisión del castillo, recorrer las torres y las mazmorras, y pasear por las murallas con vistas panorámicas de la ciudad.
A la sombra del castillo y la catedral se encuentra el barrio antiguo de Bailgate y Steep Hill, donde se pueden encontrar pequeñas tiendas especializadas, antiguos pubs y restaurantes, incluida la diminuta Jew’s House (quizás la residencia doméstica más antigua de Inglaterra, una casa de mercaderes judíos del siglo XII).
Al pie de la colina, encontrará Stonebow (la puerta sur de la ciudad medieval) y High Bridge, un puente abovedado de piedra normanda que sostiene un edificio medieval, ahora salones de té. El antiguo puerto romano, Brayford Pool, es ahora un bullicioso puerto deportivo alimentado por las aguas del río Witham, donde se pueden observar las numerosas y coloridas embarcaciones estrechas y de recreo. La nueva Universidad de la ciudad, inaugurada en 1996, ocupa una parcela junto al agua.
Lincoln también es famosa por su Mercado de Navidad: a principios de diciembre, casi medio millón de personas visitan la ciudad para comprar regalos festivos, comer comida festiva y montar en las atracciones de feria en los terrenos del castillo y en las calles que rodean la catedral.
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Cómo llegar
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