Aunque la vergüenza y la culpa pueden parecer similares, la vergüenza está altamente correlacionada con la adicción, la depresión y la agresión. En cambio, la culpa está vinculada a la empatía y a la comprensión de otras perspectivas.
¿Cuál es la diferencia? En su charla TED, Brené Brown dijo:
La vergüenza es un enfoque en el yo, la culpa es un enfoque en el comportamiento. La vergüenza es: «Soy malo». La culpa es: «Hice algo malo». ¿Cuántos de ustedes, si hicieron algo que me hirió, estarían dispuestos a decir: «Lo siento. Cometí un error». ¿Cuántos de ustedes estarían dispuestos a decir eso? La culpa: Lo siento. Cometí un error. Vergüenza: Lo siento. Soy un error.
Pero no es sólo una insignificante cuestión de semántica. Brown continúa explicando:
La vergüenza está muy, muy correlacionada con la adicción, la depresión, la violencia, la agresión, el acoso, el suicidio, los trastornos alimentarios.
Esto es lo que aún necesita saber más: La culpa está inversamente correlacionada con esas cosas. La capacidad de oponer algo que hemos hecho, o dejado de hacer, a lo que queremos ser es increíblemente adaptativa. Es incómodo, pero es adaptativo.
La psicóloga clínica Mary C. Lamia explicó en Psychology Today que los acosadores son especialmente propensos a la vergüenza. Ella escribió: «Eso significa que tienen miedo de que sus fracasos o defectos sean expuestos. Una persona puede tener problemas de vergüenza y seguir teniendo una alta autoestima, y esto es lo que hace que una persona actúe como un acosador.» Este estudio (y otros citados en él) respalda la afirmación de Brown de que la vergüenza contribuye a la violencia y al despertar de la ira.
La solución no es deshacerse de la vergüenza. La vergüenza es natural, y viene con nuestras relaciones humanas. Sin embargo, nos han enseñado: «Nunca dejes que te vean sudar». Brown dice que la solución es hacer lo contrario: Ser vulnerable.
¿Y qué hay de la afirmación de Brown de que la culpa está inversamente correlacionada con la ira? Este artículo publicado en el Journal of Personality sugiere que la culpa se ha relacionado con efectos prosociales y de mejora de las relaciones. Un estudio descubrió que la vergüenza estaba relacionada con la angustia personal, mientras que la culpa estaba vinculada a la toma de perspectiva.
Aunque esto tiene implicaciones en la forma en que enmarcamos nuestros propios defectos y fracasos, también deberíamos rodearnos de personas que son naturalmente menos propensas a la vergüenza y más propensas a la culpa.
Todos cometemos errores, pero eso no nos convierte en fracasados.
Escuchar la vergüenza | TED Talks vía Farnam Street