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En la ingeniería de tráfico, el método de la fusión tardía o cremallera es una convención para fusionar el tráfico en un número reducido de carriles. Se espera que los conductores de los carriles de incorporación utilicen ambos carriles para avanzar hasta el punto de reducción del carril y se incorporen en ese lugar, alternando los giros.
El método de incorporación tardía contrasta con el método de incorporación temprana. Un esquema relacionado es la incorporación tardía dinámica.
El método de incorporación tardía no se ha encontrado para aumentar el rendimiento (el rendimiento es el número de vehículos que pasan a través de un punto en un período de tiempo determinado). Sin embargo, reduce considerablemente la longitud de las colas («backup») (porque los conductores utilizan el carril final hasta su término) y reduce las diferencias de velocidad entre los dos carriles, aumentando la seguridad. En el caso de la Interestatal 77 en Carolina del Norte, donde las señales indicaban a la gente que utilizara la fusión con cremallera, la longitud de la copia de seguridad se redujo de ocho millas a dos.
Los gobiernos llevan a cabo campañas para promover el método de la fusión tardía porque la irritación y la agresión son comunes entre los conductores que no están educados sobre los beneficios de la técnica, que a veces incluyen el uso de carriles a horcajadas para bloquear las fusiones tardías. A menudo, a los conductores que cambian de carril demasiado pronto no les gusta que otros conductores continúen hasta el final del carril de salida, aunque las autoridades fomenten esta incorporación tardía. En la mayoría de los países, un conductor puede ser sancionado por no utilizar el método de incorporación tardía, pero en algunos países sólo cuando una señal de tráfico así lo indica.
La mayoría de los estados de Estados Unidos exigen que el tráfico que se incorpora ceda el paso al tráfico que ya existe en el carril al que desean incorporarse. Esto complica aún más la comprensión común del protocolo adecuado de incorporación, ya que aunque se fomenta ampliamente la incorporación con cremallera, los que lo hacen siguen estando legalmente obligados a ceder el paso, y los que deciden no dejarles incorporarse no están haciendo nada malo desde el punto de vista legal. El tráfico que ya está en el carril al que se incorpora tiene el derecho de paso sobre el tráfico que se incorpora desde el carril que va a desaparecer.