La plataforma continental exterior de Carolina del Norte presenta algunas de las mejores condiciones para la energía eólica marina en el sureste de Estados Unidos. Sin embargo, la construcción de instalaciones de energía en alta mar puede afectar a ecosistemas marinos sensibles. La NOAA y sus socios están estudiando los arrecifes rocosos del fondo duro que sirven como hábitats esenciales para valiosas especies de peces para comprender mejor estos ecosistemas únicos en alta mar.
Los investigadores utilizan métodos de estudio con sonar hidrográfico para cartografiar la profundidad y la textura de las características geológicas del fondo marino. También se estudian los objetos creados por el hombre en el fondo marino, como los naufragios y los arrecifes artificiales. En conjunto, estos objetos y las formaciones del fondo marino crean hábitats para que los peces encuentren alimento o se escondan de los depredadores. Estas zonas son excelentes hábitats para el buceo, así como para la pesca comercial y recreativa. Gracias a las imágenes, los buceadores pueden localizar y documentar los tipos y la abundancia de peces y tiburones. Los resultados de estos estudios se utilizan para revisar el tamaño y los límites de las posibles zonas de energía eólica para minimizar los impactos en los hábitats sensibles del fondo marino.
En este proyecto participan los Centros Nacionales de Ciencias Oceánicas Costeras de la NOAA, la Oficina de Gestión de la Energía Oceánica, el Instituto de Ciencias Marinas de la Universidad de Carolina del Norte y Geodynamics Group LLC.