La autonomía, en el contexto de la teoría de la autodeterminación, puede definirse como la necesidad de estar a cargo de nuestras experiencias y acciones, una definición ligeramente diferente de la idea tradicional de que la autonomía es igual a la independencia. La distinción aquí es que la autonomía, en este contexto, demuestra un entusiasmo y un deseo de participar en diversas actividades o comportamientos porque están en consonancia con los verdaderos intereses y valores del individuo. Hay un sentido de opción y elección que permite a los individuos participar en actividades de todo corazón en lugar de actuar en algo puramente porque están «haciendo lo que se les dice».
Cada vez más, los estudios muestran que abrazar la autonomía en el lugar de trabajo conduce a efectos positivos en el bienestar y la satisfacción laboral. Y se sabe que el aumento de la autonomía en el trabajo muestra un incremento en los niveles de motivación, creatividad y felicidad de los empleados. Los directivos también se están dando cuenta de que el apoyo a la autonomía es esencial, ya que equivale a una productividad óptima de los subordinados debido a su voluntad de realizar y completar las tareas. Otras ventajas de la satisfacción de la autonomía, dentro y fuera del lugar de trabajo, son la sensación de salud psicológica, la seguridad en las relaciones y la capacidad de rendir al máximo de las propias capacidades, a la vez que uno se siente satisfecho con el trabajo que realiza.
Como ocurre con las tres necesidades básicas (autonomía, dominio y relación), la autonomía puede satisfacerse o frustrarse. En el contexto de la teoría de la autodeterminación, la autonomía se desglosa en dos conceptos, el apoyo a la autonomía y la realización de la autonomía. Siga leyendo para descubrir la diferencia entre ambos conceptos y cómo puede hacer suya su autonomía en el trabajo.
Apoyo a la autonomía:
Se trata de la sensación de que uno recibe apoyo en su trabajo y de que se le da la flexibilidad y la posibilidad de elegir, cuando es posible, para realizar las actividades que reflejan sus valores e intereses personales. El papel que desempeñan los directivos es fundamental en el contexto del trabajo autónomo, ya que pueden ser defensores o detractores de esta necesidad fundamental. Es importante que los directivos de las empresas tengan en cuenta el apoyo a la autonomía, ya que el bajo rendimiento puede atribuirse a la falta de apoyo. Además, cuando las organizaciones o los directivos descuidan los valores propios y controlan o presionan a los individuos para que se comporten de una manera específica, la autonomía se ve frustrada, haciendo que las personas se sientan insatisfechas, desmotivadas y presionadas. Los métodos para demostrar el apoyo a la autonomía podrían incluir:
- Adoptar la perspectiva de un individuo
- Invitar a los empleados a compartir sus pensamientos y sentimientos en torno a diversas actividades laborales
- Apoyar la autoregulación
- Proporcionando justificaciones significativas e información sobre las elecciones y peticiones
- Demostrando paciencia y proporcionando tiempo para el autoaprendizaje
Realización de la autonomía:
Es la sensación que experimenta un individuo cuando se involucra voluntariamente en el trabajo que está realizando en lugar de sentirse forzado o presionado para completarlo. La realización de la autonomía también se refiere a la sensación de que el trabajo que uno hace es realmente valorado y apreciado por sus jefes y colegas.
Independientemente del contexto o la cultura, todo el mundo necesita autonomía para sentirse satisfecho. Los métodos para lograr la satisfacción de la autonomía podrían incluir:
Reconocer los sentimientos negativos sobre los proyectos
No es realista esperar que cada proyecto o tarea se reciba con emoción y entusiasmo. Y, ocasionalmente, algunas cosas, como arreglar los errores de otros o tener que volver a trabajar en algo, pueden provocar frustración. Cuando esto ocurra, intente reconocer honestamente los sentimientos para mantener la autonomía y establecer soluciones apropiadas.
Apropiarse de la organización de las tareas
Aunque es posible que no pueda elegir las tareas que se le asignan, es probable que tenga cierto control sobre su flujo de trabajo y la forma de estructurar su tiempo. Sea cual sea la flexibilidad que tenga, merece la pena que se apropie de sus responsabilidades y las estructure de la forma que mejor le funcione. Por ejemplo, escribe tu plan y horario diario o semanal para poder consultarlo fácilmente y actualizarlo cuando sea necesario. Además, a medida que vayas trabajando en tus tareas, sé flexible para hacer los cambios que consideres oportunos. Y organice una reunión con su jefe para recibir actualizaciones y comentarios sobre su estrategia para completar los proyectos.
Búsqueda de soluciones prácticas para un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal
Crear más espacio para las prioridades personales no significa que deba poner en peligro la productividad y el rendimiento. De hecho, en un estudio realizado por el Corporate Executive Board, se descubrió que las personas que se sentían satisfechas con su equilibrio entre vida y trabajo trabajaban un 21% más y tenían un 33% más de probabilidades de permanecer en su organización. Habla con tu jefe sobre los retos que puedas tener, propón posibles soluciones y acordad un plan juntos.
Hablar con su jefe &Pedirle más información
Pero antes de hacerlo, dedique algún tiempo a pensar en el flujo de trabajo de su proyecto actual y en dónde están los retos o los bordes de crecimiento. Una vez establecido esto, establezca una reunión individual con su gerente y discuta la posibilidad de obtener más de su entrada en su trabajo. ¿Cuáles son los cambios específicos que buscas y por qué? Después, decidid juntos un plan de acción. Esto impulsará la oportunidad de una mayor aportación personal y también demuestra iniciativa y compromiso con su trabajo.
Empezar a interesarse por sus tareas
A menudo demostramos nuestro trabajo más creativo cuando podemos completar los objetivos de la manera más interesante y significativa para nosotros. Por ejemplo, si le interesa el aprendizaje y el desarrollo, sumérjase en oportunidades y conversaciones que le brinden la oportunidad de explicar información y educar a su jefe o a sus compañeros de trabajo de manera atractiva. Aunque no pueda elegir todas sus tareas, puede introducir sus intereses en sus asignaciones.
Tómese tiempo para reflexionar sobre cómo podría crear un mayor sentido de autonomía en su propio lugar de trabajo utilizando estos consejos.