Cuando esta relación funciona, es algo tan silenciosamente hermoso. A pesar de la tendencia de la mujer de Virgo a ser supercrítica con los demás -y casi cruelmente crítica consigo misma-, las vibraciones que pasan entre la Virgen y el León en su patrón de signos solares del 2-12 le permiten ser excepcionalmente parca y tolerante en su juicio sobre este hombre. Su simpatía por las actitudes de él, por muy ajenas que sean a las suyas, proviene de su memoria anímica kármica de haber experimentado recientemente las motivaciones leoninas (Leo representa la duodécima casa del Karma para Virgo). Siempre existe la posibilidad (sobre todo si hay un intercambio negativo entre las posiciones del Sol y de la Luna en ambas cartas natales) de que ella tenga un desliz de vez en cuando, y lo regañe un poco, pero en general, él probablemente lo aceptará bastante bien. Cuando ella pise demasiado su sensible cola de León, él emitirá un rugido mediano de advertencia, y ella se disculpará dulcemente. Sin embargo, a pesar de todo, la armonía se restablece fácilmente entre ellos, después de pequeños malentendidos.

En última instancia, Leo se saldrá con la suya. Puede que ella deje caer sutiles insinuaciones, y a veces se dejará llevar por sus sugerencias, pero sólo si le conviene hacerlo. Será su elección. Él es la autoridad incuestionable, suya debe ser la última palabra sabia respecto a todas las decisiones y cuestiones importantes. (O más vale que lo sea, a no ser que ella quiera amamantarlo durante períodos deprimentes de vanidad herida y pucheros). Lo más bonito es que, como ella se somete tan gentil y agradablemente a las preferencias de su majestad real la mayor parte del tiempo, él se sentirá libre de derramar hacia ella, agradecido, toda la cálida solemnidad de su naturaleza leonina, tratando a esta mujer educada, inteligente y de ojos claros con una benevolencia casi tangible. Más que nadie, ella experimentará la verdadera nobleza y generosidad del León, por lo que su evidente adoración hacia él no será insincera, sino que saldrá de su corazón.

Todos los Leo que han nacido están «enamorados del amor», una cualidad que hace del León típico un amante insuperable. Es innegablemente sensual, pero es igualmente sentimental. Por muy eróticos que sean sus deseos, siempre hay una dimensión añadida de honestidad y naturalidad en su forma de hacer el amor, que permite a la mujer de Virgo confiar en él lo suficiente como para relajarse en sus brazos, y dar más de sí misma de lo que es su inclinación normal. Hay algo tan inequívocamente acogedor y cómodo en el comportamiento sexual del hombre Leo. Tiene una forma de convertir la demostración física de amor en un gesto de ternura, creando una sensación de seguridad emocional que hace del sexo tanto una expresión de pasión como algo cálido y protector. En un nivel subconsciente, esto llama a todo lo que es virginal y puro dentro de la naturaleza de Virgo, y así ella responde con entusiasmo, y con una fe conmovedora en su gentileza.

Leo tiene tanto una mente como un corazón abiertos cuando se alimenta su confianza en sí mismo, que es la razón por la que los Leones son tan adorables y abrazables (y también por la que es tan fácil perdonar sus rachas de orgullo y arrogancia insufribles). A su vez, la atractiva sencillez de su actitud sexual despierta en él lo mejor de sus dotes amatorias, que son considerables. Una cosa que podría sofocar su armonía física es la posibilidad siempre presente de que ella elija un momento en el que él esté contemplando silenciosamente el romance para ser innecesariamente franco sobre algún asunto menor, lo que resultaría en una mirada de dignidad congelada de su León, y una retirada herida… tal vez todo el camino hasta llevar su almohada y manta al sofá en el estudio, donde él hará pucheros como un monarca exiliado, y dormirá solo. Pero volverá por la mañana, cuando se le enfríen los pies, y vuelva a tener ganas de acurrucarse.

Oddly, estos dos pueden dormir mucho. Comparten el tipo de metabolismo que requiere más de ocho horas de sueño por noche (si son típicos de sus signos solares). Suelen acostarse pronto y levantarse temprano. Leo necesita una larga siesta nocturna para reponer su espléndida resistencia física. Necesita el sueño extra para reponer la energía mental que utiliza en grandes cantidades durante todo el día preocupándose por las cosas, e intentando no demostrarlo. El León también puede echar unas cuantas siestas de gato al final de la tarde, lo que puede hacer que ella piense que es perezoso, al principio. Pero el León macho, al igual que el León de la selva, sólo aparenta ser perezoso. Al cabo de un rato, bostezará, se estirará lánguidamente, como un gato, y se volverá muy activo, arreglando cosas, serrando cosas, remodelando algo, sugiriendo con entusiasmo un viaje o alguna nueva aventura, en definitiva: ocupándose de los negocios.

La mujer de Virgo estará absolutamente encantada con la capacidad de su hombre Leo para arreglar cualquier cosa que esté rota (incluidas las pequeñas grietas de su corazón cuando está herida), y con el hecho de que normalmente no procrastina cuando hay algo que necesita su atención, incluida ella. Al igual que estará encantado con su fastidiosidad, su aspecto pulcro y la imagen fresca y atractiva que presenta al público en todo momento. A los Leo les encanta poder exhibir a sus damas (como sus logros) con orgullo. Se sentirá especialmente orgulloso de su fina mente. Muchos hombres Leo tienden a casarse con mujeres que no son ni sus superiores ni sus iguales intelectuales, por lo que el Rey tendrá una súbdita admiradora a la que formar, enseñar y dar lecciones. Pero el León más feliz es aquel cuya novia o esposa representa un reto mental estimulante. La mujer de Virgo se lo proporcionará sin duda.

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