Hace una década, cuando Debra Winans, ex esposa del cantante de gospel ganador del premio GRAMMY®, BeBe Winans, le acusó de violencia doméstica, él no refutó públicamente su afirmación, pero ¿por qué?
En una nueva entrevista con el programa «The DL Hughley Show» de TV One, el cantante aclaró por qué guardó silencio sobre la acusación que amenazó con acabar con su carrera.
«Hay una promesa que hice a mis hijos, y es que no voy a decir nada malo de vuestra madre, en absoluto, nunca lo haré», dijo el cantante de 56 años durante su charla en el estudio con D.L. Hughley y la copresentadora, Jasmine Sanders.
Según Winans, los amigos y los medios de comunicación le instaron a hablar, pero él insistió: «No puedo, porque le hice una promesa a mis hijos»
El público, sin embargo, no tenía conocimiento de dicha promesa. Por eso, cuando la ex de Winans alegó que él la había empujado al suelo delante de sus dos hijos, que entonces tenían 10 y 13 años, durante un altercado verbal por cuestiones de custodia, muchos presumieron que su silencio afirmaba su culpabilidad.
Pero un juez de Nashville desestimó más tarde la acusación de delito menor de violencia doméstica.
«No está mal contar algo a alguien como un hecho», dijo Hughley a Winans. «Usted fue adjudicado. Esto es lo que pasó».
En un intento de explicar aún más su decisión de guardar silencio, Winans tomó prestada la letra de una tradicional y conocida canción góspel que se canta a menudo en la iglesia negra: «La victoria, la victoria será mía. Si me callo y dejo que el Señor pelee mis batallas, la victoria será mía»
La canción se basa en Éxodo 14:14, que dice: «El Señor peleará por ti, y tú sólo tienes que callar»
El hermano de la cantante ganadora de múltiples premios GRAMMY®, CeCe Winans, continuó diciendo: «No queremos callar, especialmente cuando se dicen cosas sobre nosotros que no son verdad.»
Durante el tiempo que permaneció en silencio, Winans, que había hecho múltiples apariciones en The Oprah Winfrey Show, fue prohibida en el abrumadoramente popular programa de entrevistas diurnas hasta que se resolvieran sus cargos por violencia doméstica.
Sin embargo, sostiene que, a pesar del mayor escrutinio y de la amplificación de las críticas resultantes de no haber hecho una declaración formal negando cualquier delito, al final todo valió la pena.
Winans le dijo a Hughley que la espera de la reivindicación trajo una gran recompensa en la sala del tribunal. Dijo: «El juez miró al taquígrafo del tribunal y dijo: ‘Ponga en las actas que esta mujer es una mentirosa’, así que ni siquiera tuve que decirlo».