Uno para ver: Cheba Hut Toasted Subs

Vamos a decirlo: Cheba Hut es el concepto de sueño de un hippie. Todo, desde los elementos del menú hasta los tamaños de los sándwiches, se describe utilizando lo que la dirección denomina jerga «contracultural».

«Tenemos un grupo de clientes principales que no sólo entienden las referencias, sino que estamos estableciendo una conexión fundamental con ellos», dice Matt Trethewey, director de operaciones de Cheba Hut Franchising Inc. «Sin embargo, lo que sorprende a la mayoría de la gente es que nuestra base de clientes en general es muy diversa. Gracias a nuestra comida y a nuestro modelo de servicio, la gente vuelve».

Trethewey dice que puede que algunos clientes tarden en pillar las insinuaciones de Cheba Hut. Pero con el tiempo, «veremos ese momento de conciencia en sus caras», dice.

El primer local de Cheba Hut abrió en 1998 en Tempe (Arizona), cerca de la Universidad Estatal de Arizona. El concepto se extendió lentamente a otras ciudades universitarias a lo largo de los años y ahora cuenta con 14 locales en Arizona, Colorado, Iowa, Nuevo México, California y Oregón. Trethewey afirma que a finales de octubre se abrirán dos nuevos establecimientos en Madison (Wisconsin) y Flagstaff (Arizona), y que existen acuerdos para otros cuatro locales.

«Cuando se abrió la primera tienda, la franquicia no estaba en el vocabulario de Scott», dice Trethewey sobre el fundador de la marca, Scott Jennings. «Era un tipo que quería tener una tienda familiar». A pesar de esa intención, la cadena empezó a crecer lentamente. Entre 2002 y 2007, Jennings abría nuevas tiendas de una en una y las transfería a nuevos operadores.

«Seguía abriendo y operando tiendas individualmente hasta que llegaba alguien a quien transferirlas», dice Trethewey. «Entonces, en 2007, Scott y yo nos conocimos y empezamos a trabajar juntos. En 2008, empezamos a crecer a través de franquicias».

La idea de Cheba Hut se le ocurrió a Jennings cuando repartía comida a universitarios a todas horas de la noche. «Quería abrir su propio restaurante para satisfacer las necesidades del cliente universitario de reparto a altas horas de la noche, y se le ocurrió una forma de llamar la atención de la gente», dice Trethewey. «Era un fan de las películas de Cheech y Chong y quería divertirse con ello».

En la actualidad, todos los locales, excepto dos, tienen servicio de entrega y muchos de ellos amplían su horario hasta las 3 de la madrugada de jueves a sábado.

El sándwich más popular de Cheba Hut es el «White Widow», un sándwich de pollo, bacon, champiñones y Provolone con aderezo ranchero casero. Se vende a 4 dólares el «Nug» de 4 pulgadas, a 7 dólares el «Pinner» de 8 pulgadas o a 8,50 dólares el «Blunt» de 12 pulgadas.»

«Ofrecemos un montón de sándwiches únicos con un giro interesante», dice Trethewey. «Por ejemplo, nuestro italiano La Canna. Está hecho con prosciutto, que es el estilo de la pizzería de la vieja escuela y realmente hace que un sándwich italiano destaque».

Trethewey dice que Cheba Hut también destaca entre las tiendas de sándwiches por el número de subs vegetarianos que vende. «Tenemos seis sándwiches vegetarianos diferentes», dice. «Cheba Hut atrae a ese público hippie, así que tenemos muchos vegetarianos. Tenemos esos seguidores y necesitamos alimentarlos, así que los sándwiches vegetarianos no son una idea de última hora». La calidad de esos sándwiches está por las nubes».

Trethewey dice que la calidad de los artículos que figuran en la sección «Incredible Munchies» del menú también es de primera categoría. «Hacemos los postres en casa, como las barritas de cereales con Captain Crunch y Fruity Pebbles, que realmente se encargan de los golosos», dice.

Todas las salsas y adobos de Cheba Hut también se hacen en casa. «No abrimos una bolsa de producto y lo vendemos», dice Trethewey. «Intentamos hacer todo lo que podemos en casa».

Un ticket medio en Cheba Hut es de 10 dólares, y servir cerveza artesanal en algunos locales hace que ese total suba ligeramente. «Ocho de nuestras 14 tiendas tienen cerveza artesanal de barril», dice Trethewey. «Nos dirigimos a las cervecerías artesanales locales y regionales y apoyamos su negocio. Es un pequeño añadido al sándwich que puede aumentar tanto la media de la cuenta como la experiencia del cliente».

Además de la cerveza, Cheba Hut mejoró su oferta de bebidas hace unos dos años con Kool-Aid, que es muy rentable y tiene una gran demanda. «Los estudiantes universitarios… quieren un vaso dulce de Kool-Aid», dice Trethewey. «Siempre ofrecemos rojo y uva, y algunas tiendas de gran volumen tienen cuatro o seis sabores».

A pesar de las bebidas y postres azucarados, Cheba Hut puede ser saludable, insiste Trethewey, que añade que la marca no utiliza freidoras. «Eso es en parte por diseño y en parte gancho de marketing para que podamos decir: ‘Lo único que se fríe es el cliente ocasional'»

Trethewey dice que no tener freidoras mantiene la comida un poco más saludable y la inversión inicial un poco más baja. «Cuando empiezas a meter hornos, campanas y freidoras, la inversión sube», dice. «De la forma en que lo hacemos, es fácil formar a la gente y fácil de manejar».

Si bien los costes de los equipos son bajos, los de la mano de obra pueden ser ligeramente superiores porque los empleados están cortando la carne y el queso, preparando los ingredientes y mezclando las salsas. Pero independientemente de su cultura y reputación, Cheba Hut no es necesariamente un lugar fácil para trabajar.

«El mensaje número 1 que recibe la gente es: ‘En Cheba Hut nos divertimos'», dice Trethewey. «Sí, es un lugar de trabajo divertido. Pero debido a la temática del concepto, a veces la gente quiere trabajar en Cheba Hut por las razones equivocadas. Hay que tener las facultades intactas y nosotros establecemos esa expectativa desde el principio».