El atractivo es este: Marte es el único planeta que nos muestra detalles de la superficie. La mayoría de los otros planetas están cubiertos de nubes, mientras que Mercurio, sin aire, es demasiado pequeño y borroso para revelar mucho.
Los rasgos marcianos más llamativos son la fase del planeta (antes y después de la oposición), sus brillantes casquetes polares y las oscuras sombras de su superficie. Para realzar las sutiles marcas oscuras, que en su día se pensó que eran campos verdes de vegetación, utilice un filtro naranja (Wratten #21) o, para visores grandes, un filtro rojo (#25) en su ocular. Para realzar las nubes azules o blancas y los casquetes polares, utilice un filtro azul pálido.
Cualquier telescopio sirve para Marte, pero cuanto más grande, mejor. Un refractor de 4 pulgadas o un reflector de 6 pulgadas son el mínimo recomendado. Aplique una potencia alta (175× o más), y espere una noche con visión estable, cuando el disco marciano no esté borroso por las turbulencias de nuestra atmósfera. Además, por muy incómodo que sea, planifique la observación a última hora de la noche, cuando Marte se encuentra a gran altura en el sur, por encima de los peores efectos de nuestra atmósfera. Y tenga en cuenta que las características de la superficie marciana son mucho más sutiles de lo que se suele mostrar en las fotografías.
La oposición de este año es muy buena, pero una aún mejor ocurre en 2018, cuando Marte alcanzará 24,3 segundos de arco de diámetro en julio. Eso está a menos de un segundo de arco de su acercamiento récord de agosto de 2003, cuando miles de observadores se alinearon en los telescopios de todo el mundo para ver el planeta rojo en su mejor momento.