2020

Demasiadas tradiciones y prácticas discriminatorias persisten en las organizaciones griegas hoy en día. El término «legado» se utiliza para los estudiantes cuyos padres fueron anteriormente miembros de las casas griegas. Estos estudiantes suelen recibir un trato preferente en el proceso de reclutamiento, lo que sólo sirve para definir aún más el estrecho molde de los miembros de la vida griega. Los estudiantes empobrecidos cuyos padres no podían permitirse los gastos de la vida griega, los estudiantes universitarios de primera generación, y los innumerables otros que fueron privados de sus derechos o cuyo linaje fue privado de ellos, siguen siendo dejados de lado. El simbolismo es otra práctica perjudicial que se sigue utilizando en gran medida hoy en día. Es cuando una casa recluta a minorías para que su casa parezca diversa. Se considera que estos miembros benefician la imagen del grupo en lugar de aportar su individualidad a la cultura de la casa. Para una mejor comprensión del «tokenismo», consulte Your Token Black Sorority Woman de Eileen Moudou.

Hoy en día, las hermandades luchan por la inclusión, la aceptación y la afirmación en los campus universitarios de todo el país, pero esta lucha es discutible a menos que se luche por todos los miembros. También nos vemos obligados a reflexionar sobre la cultura y la causa por la que luchamos. La vida griega es una institución construida sobre una ideología elitista que supera las barreras financieras, raciales, de género y de orientación sexual. Con una base tan estrechamente entrelazada con ideologías discriminatorias, no debería sorprender que los incidentes de racismo, homofobia, transfobia y clasismo continúen hoy en día. Aunque no lo hayas visto de primera mano, la división es una característica de la que se deriva directamente la vida griega, que beneficia injustamente a un pequeño porcentaje de estudiantes universitarios, y a menos que se reconozca y ataque esta realidad, seguirá fomentando esta desigualdad. Aunque las hermandades dicen defender muchos ideales sanos y moralmente correctos, sus acciones a menudo dicen lo contrario. La hipocresía de una organización que permite la discriminación y la hostilidad -y que, sin embargo, afirma fomentar la hermandad- impide el cultivo de un entorno en el que puedan formarse relaciones y conexiones genuinas.

Afortunadamente, esta hipocresía está empezando a ser abordada. Se están formando cuentas de Instagram que exponen los actos discriminatorios de varias hermandades y fraternidades, lo que obliga a las casas a asumir la responsabilidad por la mala conducta contra las minorías. Las conversaciones están empezando a tener lugar y se está difundiendo la concienciación. Se están reescribiendo los estatutos. Las instituciones se están reconstruyendo. Es crucial reconocer dónde nos hemos quedado cortos y abordar los orígenes de estas deficiencias si queremos tener alguna posibilidad de reelaborar la vida griega para que sea un sistema verdaderamente inclusivo.

Foto de portada: Pinterest (Vintage Sorority – Phoenix Panhellenic Association)

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