El trastorno de identidad disociativo solía llamarse trastorno de personalidad múltiple. Se trata de una condición psicológica rara y compleja en la que la identidad de una persona se fragmenta en dos o más estados de personalidad distintos denominados «alters».

Los hechos

  • Las estimaciones sobre la prevalencia del TID varían mucho. Los estudios muestran que puede afectar a entre el 0,01% y el 15% de las personas. Es más frecuente en zonas que han sufrido traumas a gran escala, como guerras o catástrofes naturales.
  • El TID se diagnostica con más frecuencia en mujeres que en hombres.
  • La mayoría de las personas con TID han experimentado un trauma severo en la infancia, y se disocian como una forma de hacer frente a una situación que es demasiado violenta o traumática para su yo consciente.
  • El TID se llamó trastorno de personalidad múltiple hasta 1994, cuando el nombre fue cambiado para reflejar una mejor comprensión de la condición.

Los mitos

  • Mito: Las personas con TID tienen múltiples personalidades a las que llaman a voluntad.
  • Realidad: Las personas con TID han experimentado una fragmentación, o escisión, de su identidad, más que un crecimiento de nuevas identidades. Para la gran mayoría de las personas con TID, el cambio entre alteres es involuntario y no puede ser identificado en absoluto por un observador casual.
  • Mito: Las personas con TID son peligrosas o violentas.
  • Realidad: Las personas con TID no son más propensas a ser violentas que cualquier otra persona. Hay muy pocos casos documentados que relacionen el crimen con el TID. La idea de un alter ego ‘maligno’ no es cierta.
  • Mito: El TID no es real y la gente que dice tenerlo sólo está fingiendo.
  • Realidad: El diagnóstico de TID sigue siendo controvertido entre los profesionales de la salud mental a medida que se desarrolla la comprensión de la enfermedad, pero no hay duda de que los síntomas son reales y la gente los experimenta.
  • Mito: El TID es lo mismo que la esquizofrenia.
  • Realidad: El TID y la esquizofrenia son enfermedades muy diferentes. La esquizofrenia es una enfermedad psicótica, donde una persona puede experimentar delirios, paranoia y alucinaciones. No implica disociación. Las personas con TID no tienen delirios ni alucinaciones de sus alteraciones.

Síntomas

Se deben cumplir los siguientes criterios para que una persona sea diagnosticada de trastorno de identidad disociativo:

  • La persona experimenta dos o más identidades o estados de personalidad distintos, cada uno con su propia forma de pensar y relacionarse. Algunas culturas ven estos estados como la experiencia de estar poseído.
  • La persona experimenta amnesia y lagunas en el recuerdo de los acontecimientos cotidianos, la información personal o los acontecimientos traumáticos.
  • La persona debe estar angustiada por el trastorno o tener problemas para funcionar en su vida como resultado del trastorno.
  • La alteración no forma parte de la práctica cultural o religiosa normal. Por ejemplo, un niño con un amigo imaginario no es indicativo de enfermedad mental.
  • Los síntomas no se deben al abuso de sustancias ni a otras condiciones médicas como los ataques epilépticos.

Las personas con TID también suelen padecer síntomas de TEPT y trauma, como:

  • depresión
  • pensamientos suicidas
  • problemas de sueño
  • ansiedad
  • síntomas obsesivo-compulsivos
  • síntomas psicóticos.

Las personas que viven con TID pueden tener una serie de síntomas que pueden aparecer en diferentes momentos. Algunas personas pueden tener muchos alteres evidentes entre los que cambian a lo largo del día, mientras que otras pueden tener un altere al que acceden sólo muy ocasionalmente.

Disociación

La disociación es un mecanismo de afrontamiento que una persona utiliza para desconectarse de una situación estresante o traumática, o para separar los recuerdos traumáticos de la conciencia normal. Al disociar los recuerdos dolorosos de los procesos de pensamiento cotidianos, una persona puede mantener un nivel de funcionamiento, como si el trauma no hubiera ocurrido.

Los episodios de TID pueden ser desencadenados por una variedad de traumas reales y simbólicos, incluyendo eventos leves como estar involucrado en un accidente de tráfico menor, una enfermedad o el estrés. Los recuerdos de traumas pasados también pueden desencadenar un episodio disociativo.

La persona con TID puede o no ser consciente de los otros estados de personalidad y de los recuerdos de los momentos en los que un alter es dominante.

Las personas con TID suelen tener también amnesia disociativa, que es una pérdida de memoria más grave que el olvido normal. Un episodio de amnesia suele ocurrir repentinamente y puede durar minutos, horas o, raramente, meses.

Causas

El TID es probablemente causado por muchos factores, pero muchas personas con TID han experimentado graves abusos físicos, verbales o sexuales durante la infancia, generalmente antes de los nueve años. El estrés de la guerra o las catástrofes naturales también pueden provocar trastornos disociativos.

Un niño que aprende a disociar para soportar una experiencia traumática puede utilizar este mecanismo de afrontamiento en respuesta a situaciones estresantes durante toda la vida.

Búsqueda de ayuda, diagnóstico &tratamiento

Aunque el tratamiento del TID puede llevar mucho tiempo, es eficaz. Las personas con TID deben acudir a un profesional de la salud mental con experiencia en disociación. Para algunas personas el objetivo del tratamiento puede ser la integración de los alteres separados en una personalidad unificada. Para otros, el objetivo es lograr un estado de «resolución» en el que los alteres coexistan armoniosamente sin afectar a los objetivos y al afrontamiento de la persona.

El tratamiento del TID suele adoptar un enfoque en varias fases.

  • La primera fase se centra en estabilizar los síntomas y garantizar la seguridad.
  • La segunda etapa implica el procesamiento de los recuerdos traumáticos y el trabajo con las creencias inútiles basadas en el trauma.
  • La tercera etapa se centra en los problemas de la vida, los objetivos y el apoyo a las relaciones saludables.

La terapia para el TID suele ser a largo plazo. Aunque no existe ningún medicamento que pueda tratar los trastornos disociativos en sí mismos, se pueden prescribir medicamentos para la depresión, la ansiedad u otros problemas de salud asociados.

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Cuidar a alguien con TID

Si un ser querido ha sido diagnosticado con TID, puede sentirse abrumado y confundido. Hay muchos mitos y conceptos erróneos sobre el TID. Las representaciones cinematográficas y televisivas de personas con TID que tienen alteraciones malignas o personalidades violentas son incorrectas y contribuyen al estigma que rodea al trastorno.

Puede ayudar el educarse lo más posible sobre el TID. Habla con un profesional de la salud mental para obtener información precisa y para expresar tus preocupaciones.

El tratamiento del TID puede implicar la revisión de experiencias traumáticas pasadas, lo que puede resultar molesto para amigos y familiares. Asegúrese de cuidarse a sí mismo y busque ayuda para cuidar su propia salud mental.

Las estrategias de autoayuda incluyen:

  • Saque tiempo para hacer regularmente cosas que le gusten, ya sea solo o con amigos.
  • Hable con otras personas sobre cómo se siente. Pregunte a un profesional de la salud o póngase en contacto con el Centro de Ayuda SANE para obtener información sobre grupos de apoyo y otros servicios para cuidadores familiares en su área local.
  • Intente centrarse en las cosas que puede controlar, no en las que están fuera de su control. No puedes controlar el comportamiento de una persona con TID, pero puedes controlar tu reacción.
  • Cuidar de alguien con TID puede ser impredecible y agotador. Es importante cuidar de uno mismo.

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