Una tercera justificación sostenida para clasificar a los Santos de los Últimos Días como no cristianos tiene que ver con su creencia en un canon abierto de Escrituras. Para aquellos que defienden este argumento, ser cristiano significa estar de acuerdo con el principio de sola scriptura, o la autosuficiencia de la Biblia. Pero declarar que la Biblia es la única y última palabra de Dios —más específicamente, la última palabra escrita de Dios— es afirmar más a favor de la Biblia de lo que en ella se hace. En ningún lugar de la Biblia se proclama que todas las revelaciones de Dios estarían reunidas en un solo volumen que sería considerado completo para siempre y que no se pudiera recibir mas revelación sobre las Escrituras6.

Por otra parte, no todas las iglesias cristianas están seguras de que el cristianismo deba definirse según el compromiso con un canon cerrado7. En verdad, el argumento a favor de la exclusión según el canon cerrado parece usarse con criterio selectivo a fin de excluir a los Santos de los Últimos Días de ser llamados cristianos. Ninguna rama del cristianismo se limita completamente a los textos bíblicos al tomar decisiones doctrinales y en la aplicación de principios bíblicos. Por ejemplo, los católicos romanos recurren a la tradición de la Iglesia y al magisterio (es decir maestros, incluso Papas y concilios) a fin de obtener respuestas. Los protestantes, en particular los evangélicos, recurren a los lingüistas y eruditos en las Escrituras a fin de obtener respuestas, así como a los concilios y credos de la iglesia posteriores al Nuevo Testamento. Para muchos cristianos, estos concilios y credos son tan canónicos como la Biblia misma. Para establecer la doctrina y comprender el texto bíblico, los Santos de los Últimos Días recurren a los profetas vivientes y a otros libros de Escrituras adicionales: el Libro de Mormón, Doctrina y Convenios y la Perla de Gran Precio.

Junto con el Antiguo y el Nuevo Testamentos, el Libro de Mormón confirma un testimonio indiscutible de Jesucristo. En un pasaje se dice que el Libro de Mormón » la verdad» de la Biblia «y a todas las familias, lenguas y pueblos que el Cordero de Dios es el Hijo del Eterno Padre, y es el Salvador del mundo; y que es necesario que todos los hombres vengan a él, o no serán salvos»8. En sus más de seis mil versículos, el Libro de Mormón se refiere a Jesucristo casi cuatro mil veces y con más de cien nombres diferentes: «Jehová», «Emanuel», «Santo Mesías», «Cordero de Dios», «Redentor de Israel», etc.9. El Libro de Mormón es en realidad «Otro Testamento de Jesucristo», como se declara en su portada.

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