San Pío nació Michele Ghislieri, el 17 de enero de 1504, en Lombardía. Sus padres eran pobres pero de noble linaje. Michele trabajó como pastor hasta los 14 años, cuando conoció a dos dominicos que reconocieron su virtud e inteligencia. Se unió a su orden y fue ordenado sacerdote a los 24 años. Durante 16 años, Michele enseñó filosofía y teología, y fue prior de muchas casas. Era conocido por sus penitencias, sus largas horas de oración y ayuno, y su discurso sagrado.
En 1556, Michele fue elegido obispo de Sutri, y sirvió como inquisidor en Milán y Lombardi. Luego fue inquisidor general de la Iglesia, y fue nombrado cardenal en 1557. Como inquisidor, se opuso rigurosamente a las herejías y combatió la corrupción allí donde la encontró.
El 7 de enero de 1566 fue elegido Papa, con el influyente respaldo de su amigo San Carlos Borromeo, y tomó el nombre de Pío V. Casi inmediatamente después de su elección, puso en marcha un amplio programa de reformas, deshaciéndose de lujos extravagantes y entregando el dinero a los pobres, a los que atendía personalmente.
Como papa, Pío se dedicó a aplicar las reformas del Concilio de Trento, a elevar las normas de moralidad del clero y a apoyar las misiones extranjeras. Revisó el Breviario y el Misal romanos, que siguieron utilizándose hasta las reformas del Vaticano II.
En el transcurso de su pontificado de seis años, Pío estuvo constantemente en guerra con dos enormes fuerzas enemigas: los herejes protestantes que difundían la doctrina en Occidente y los ejércitos turcos en Oriente. Pío luchó contra la propagación del protestantismo a través de la educación y la predicación, con un fuerte apoyo a la recién creada Compañía de Jesús bajo San Ignacio de Loyola. Excomulgó a la reina Isabel I y apoyó a los católicos oprimidos por los gobernantes protestantes.
Uno de los éxitos más famosos del papado de Pío fue la milagrosa victoria de la flota cristiana en la batalla de Lepanto el 7 de octubre de 1571. Cuando los turcos atacaron la isla de Malta, casi todos los hombres que defendían la fortaleza murieron. El Papa envió una flota al encuentro del enemigo, pidiendo que todos los hombres a bordo comulgaran y rezaran el rosario. En toda Europa, pidió a los católicos que rezaran el rosario, y ordenó una devoción de 40 horas en Roma mientras se desarrollaba la batalla.
Aunque la flota cristiana era ampliamente superada en número, demolieron toda la flota turca. En memoria de su triunfo, el papa declaró el día como la fiesta de Nuestra Señora del Rosario, por su intercesión. Pío también ha sido llamado el papa del Rosario por esta razón.
El 1 de mayo de 1572, el papa Pío V murió de una dolorosa enfermedad, diciendo: «¡Oh, Señor, aumenta mis sufrimientos y mi paciencia!». Está consagrado en Santa María la Mayor en Roma, y fue beatificado en 1672, canonizado en 1712.