Católica romanaEditar
La Iglesia católica enseña que el pan y el vino, mediante la transubstanciación, se convierten en el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de Cristo -en otras palabras, en todo Cristo- cuando son consagrados.
La devoción a la Preciosa Sangre fue un fenómeno especial de la piedad flamenca de los siglos XV y XVI, que dio lugar a la imagen icónica de la Gracia como «Fuente de Vida», llena de sangre, que brota del «Cordero de Dios» herido o de las «Santas Llagas» de Cristo. La imagen, que fue objeto de numerosas pinturas flamencas, fue en parte estimulada por la renombrada reliquia de la Preciosa Sangre, de la que se tenía constancia en Brujas al menos desde el siglo XII y que dio lugar, desde finales del siglo XIII, a las observancias, particulares de Brujas, de la procesión de la «Santa Sangre» desde su capilla.
Hasta su eliminación del Calendario Romano General en 1969, la Fiesta de la Preciosísima Sangre se asignó al 1 de julio.
Varias oraciones forman parte de la devoción católica romana a la Preciosa Sangre. Las que mencionan la Sangre incluyen el Anima Christi, la Coronilla de la Misericordia de las Santas Llagas de Jesús y la Coronilla de la Divina Misericordia.
Ortodoxos orientalesEditar
Los ortodoxos enseñan que lo que se recibe en la Sagrada Comunión es el Cuerpo y la Sangre resucitados de Jesucristo. En Occidente, se considera que las Palabras de Institución son el momento en que el pan y el vino se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Pero para los ortodoxos no hay un momento definido; más bien, todo lo que la teología ortodoxa establece es que al final de la Epíclesis, el cambio se ha completado. Los ortodoxos tampoco utilizan el término teológico latino Transubstanciación para definir la conversión del pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, utilizan la palabra metaousia sin la elaboración teológica precisa que acompaña al término transubstanciación..
Según San Juan Damasceno, los Sagrados Misterios (bajo la forma de pan y vino) no se convierten en incorruptibles hasta que son realmente recibidos en la fe por un cristiano creyente en estado de gracia.
DevociónEditar
En las iglesias ortodoxas orientales, y en aquellas iglesias católicas orientales que siguen el rito bizantino, no existe una devoción individual a la Sangre de Cristo separada del Cuerpo de Cristo, o separada de la recepción de la Sagrada Comunión.
Al recibir la Sagrada Comunión, el clero (diáconos, sacerdotes y obispos) recibirá el Cuerpo de Cristo separado de la Sangre de Cristo. Luego, las porciones restantes del Cordero consagrado (Hostia) se dividen y se colocan en el cáliz y tanto el Cuerpo como la Sangre de Cristo se comunican a los fieles utilizando una cuchara litúrgica (ver también Intinción).