Contar con el procedimiento correcto a la hora de limpiar fluidos corporales puede ser un requisito legal según la Ley de Salud y Seguridad en el Trabajo de 1974 y el Reglamento de Control de Sustancias Peligrosas para la Salud de 2002. Los empleadores tienen la obligación legal de proteger la salud y la seguridad de sus empleados y de cualquier otra persona que pueda estar en las instalaciones.
Los empleadores también deben contar con un procedimiento para informar de un incidente que implique un riesgo biológico como parte de su plan de salud y seguridad. Este plan debe evaluar el riesgo de infección derivado de la exposición e indicar el procedimiento de la empresa para la desinfección de la zona contaminada.
La organización de la limpieza tras un incidente con riesgo biológico corresponde a la persona responsable de las instalaciones. Si no se presta atención, los fluidos corporales como la sangre, la orina, el vómito y las heces humanas pueden filtrarse en materiales porosos y en zonas que no son visibles para el ojo inexperto. Esto puede dificultar la limpieza con métodos estándar. El riesgo de infección debido a la exposición también es mucho mayor si no se lleva a cabo una limpieza y desinfección profesional en profundidad.