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Datos de estudios de intervención dietética, revisiones sistemáticas y metaanálisis indican que los productos lácteos en general y el calcio dietético en particular pueden reducir el riesgo de desarrollar cálculos renales.

Destacados

  • Se recomienda aumentar el calcio de la dieta a partir de alimentos como la leche y los productos lácteos para prevenir los cálculos renales;
  • La leche y los productos lácteos no se asocian con la formación de cálculos renales, y de hecho pueden reducir el riesgo.

Sinopsis

La formación de cálculos renales, también conocida como nefrolitiasis, afecta a aproximadamente 1 de cada 10 canadienses y aumenta el riesgo de enfermedad renal crónica.1 Los cálculos renales son piedras pequeñas y duras compuestas por cristales de sales minerales y ácidas, que se forman en el interior de los riñones.

Los cálculos de oxalato de calcio son el tipo más común de cálculos renales. El mecanismo principal tiene que ver con el equilibrio calcio/oxalato en la orina. Los alimentos ricos en oxalatos, como el ruibarbo, los productos de soja, los cacahuetes y el té negro, contribuyen a elevar los niveles de oxalato en la orina.2,3 El consumo elevado de proteínas y sal y el bajo consumo de líquidos, potasio y magnesio también favorecen la formación de cálculos renales.4

Se han realizado varios estudios sobre la asociación entre los productos lácteos y los cálculos renales. Las pruebas indican que el consumo de leche y productos lácteos no aumenta el riesgo de formación de cálculos renales. De hecho, se recomienda aumentar el calcio de la dieta a partir de alimentos como la leche y los productos lácteos para prevenir los cálculos renales.3,5

La evidencia

Evidencia sobre la leche y los productos lácteos

Un metaanálisis de dosis-respuesta de 2015 investigó la asociación entre diferentes tipos de líquidos y el riesgo de cálculos renales. El análisis consistió en 10 estudios prospectivos de cohortes y 5 de casos y controles, para un total de 351.081 participantes6.

  • Una mayor ingesta de leche no se asoció con el riesgo de formación de cálculos renales;
  • Cada aumento de 500 mL en la ingesta de agua se asoció con una reducción del 7% del riesgo de cálculos renales.

Taylor y Curhan realizaron análisis prospectivos del Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud (n = 30.762 hombres), el Estudio de Salud de las Enfermeras (n = 94.164 mujeres) y el Estudio de Salud de las Enfermeras II (n = 101.701 mujeres). Los autores examinaron la asociación entre el calcio dietético no lácteo y el calcio lácteo y el riesgo de cálculos renales sintomáticos incidentes durante 56 años de seguimiento.7

  • Una mayor cantidad de calcio en la dieta, procedente de fuentes lácteas o no lácteas, se asoció de forma independiente con un menor riesgo de cálculos renales;
  • El quintil más alto (~816-937 mg/día) en comparación con el más bajo (143-181 mg/día) de calcio lácteo se asoció con una reducción del 17% al 24% del riesgo de cálculos renales;
  • El quintil más alto (~439-460 mg/día) en comparación con el más bajo (256-272 mg/día) de calcio dietético no lácteo se asoció con una reducción del 18% al 29% del riesgo de cálculos renales.

Evidencia sobre el calcio

Una revisión sistemática de ensayos aleatorios e intervenciones dietéticas examinó la evidencia sobre la dieta, la ingesta de líquidos y suplementos para la prevención secundaria de la nefrolitiasis. El estudio concluyó que «los datos limitados sugieren un posible beneficio del calcio en la dieta».8

En un estudio prospectivo de cohortes titulado The Study of Osteoporotic Fractures (Estudio de fracturas osteoporóticas), Sorensen et al. examinaron los datos de 7.982 mujeres de 65 años o más para evaluar el impacto de la ingesta de calcio en los cálculos renales.9

  • Aquellas con una mayor ingesta de calcio en la dieta (>565 vs. <216 mg/día) tenían entre un 45% y un 54% menos de probabilidades de padecer cálculos renales;
  • Las mujeres que habían utilizado suplementos de calcio tenían entre un 21% y un 44% menos de probabilidades de tener antecedentes de cálculos renales;
  • Los autores del estudio concluyeron que «el calcio dietético y suplementario disminuye la absorción fraccional de calcio y puede proteger contra la nefrolitiasis.»

Mecanismos potenciales

La hipercalciuria (o excreción excesiva de calcio en la orina) es la anomalía metabólica más común asociada a los cálculos renales.10 Sin embargo, se ha informado de que el oxalato urinario es un factor de riesgo más potente para los cálculos que el calcio urinario.11

La disminución de la ingesta de calcio en la dieta no es una estrategia recomendada para la prevención de los cálculos de calcio.4,10 Se ha comprobado que la baja ingesta de calcio en la dieta aumenta la formación de cálculos de oxalato de calcio. Cuando se limita el calcio en la dieta, el oxalato está más disponible para la absorción intestinal, lo que conduce a una mayor excreción de oxalato en la orina y a la posibilidad de formación de cálculos renales. Por el contrario, el aumento de la ingesta de calcio en la dieta inhibe la absorción intestinal de oxalato al unirse al oxalato de la dieta y formar oxalato de calcio, reduciendo así la excreción de oxalato.3,10

Además, las dietas bajas en calcio no parecen tener éxito en la reducción de la calciuria. Además, limitar el calcio de los productos lácteos puede conducir a un aumento de otras proteínas animales (carne, pescado, aves de corral), lo que aumenta la calciuria y el riesgo de cálculos renales.4

Conclusiones

Existen pruebas sólidas que indican que los productos lácteos y el calcio en la dieta no aumentan el riesgo de cálculos renales. De hecho, se recomiendan para reducir el riesgo de formación de cálculos renales.

Se necesitan ensayos controlados aleatorios de ingestas altas frente a bajas de productos lácteos y calcio dietético frente a suplementos de calcio para proporcionar respuestas más definitivas.

  1. La Fundación del Riñón de Canadá. 2003. Cálculos renales. www.kidney.ca. Consultado el 19 de febrero de 2016.
  2. Fundación Nacional del Riñón. 2016. Cálculos renales. www.kidney.org. Consultado el 19 de febrero de 2016.
  3. Finkielstein VA y Goldfarb DS. Estrategias para prevenir los cálculos de oxalato de calcio. CMAJ 2006;174:1407-1409.
  4. Borghi L et al. Dietary therapy in idiopathic nephrolithiasis. Nutr Rev 2006;64:301-312.
  5. Dietians of Canada. 2015. Directrices de alimentación saludable para la prevención de cálculos renales recurrentes. www.pennutrition.com. Consultado el 19 de febrero de 2016.
  6. Xu C et al. Autogestión de líquidos en la prevención de cálculos renales: Una revisión sistemática conforme a PRISMA y un meta-análisis dosis-respuesta de estudios observacionales. Medicine (Baltimore) 2015;94:e1042.
  7. Taylor EN y Curhan GC. Calcio dietético de fuentes lácteas y no lácteas y riesgo de cálculos renales sintomáticos. J Urol 2013;190:1255-1259.
  8. Fink HA et al. Dieta, líquido o suplementos para la prevención secundaria de la nefrolitiasis: una revisión sistemática y metaanálisis de ensayos aleatorios. Eur Urol 2009;56:72-80.
  9. Sorensen MD et al. Impact of calcium intake and intestinal calcium absorption on kidney stones in older women: El Estudio de Fracturas Osteoporóticas (SOF). J Urol 2012;187:1287-1292.
  10. Sorensen MD. La ingesta de calcio y la enfermedad de cálculos urinarios. Transl Androl Urol 2014;3:235-240.
  11. Heaney RP. La suplementación de calcio y el riesgo de cálculos renales incidentes: una revisión sistemática. J Am Coll Nutr 2008;27:519-527.

Palabras clave: calcio urinario , oxalato , oxalato de calcio , cálculos renales , calcio

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