Gral. José de San Martín es considerado como uno de los padres de la Argentina y libertadores de Sudamérica, habiendo liderado la lucha contra los españoles para conseguir la independencia de Argentina, Chile y Perú.
San Martín nació en Yapeyú y completó sus estudios militares en España, donde luchó contra Napoleón. A su regreso a Argentina fundó el Regimiento de Granaderos a Caballo y comandó el ejército en el norte. Organizó el ejército de Los Andes y dispuso lo que parecía una tarea imposible: cruzar la Cordillera de Los Andes -una de las mayores cadenas montañosas del mundo con condiciones muy duras- hasta Chile y combatir allí al ejército español. Luego se dirigió a Lima para declarar la independencia de Perú en 1821 y se unió a Simón Bolívar en la famosa Entrevista de Guayaquil.
Más tarde, debido a la situación política del país, los Granaderos fueron disueltos y reubicados en otras fuerzas. San Martín se vio obligado a exiliarse a Francia, donde murió. Años más tarde, su cuerpo fue llevado de vuelta a Argentina y velado en la Catedral de Buenos Aires en 1880. Sólo siete de los Granaderos originales seguían vivos. Se vistieron con sus antiguos uniformes y decidieron marchar al puerto para recibir el cuerpo de su general y escoltarlo hasta su última morada. Montaron guardia toda la noche y a la mañana siguiente, partieron y desaparecieron.
Algunos años después, se volvió a formar el Regimiento de Granaderos. Un grupo de siete Granaderos puede verse cada mañana marchando desde la Casa Rosada (la oficina presidencial) hasta la catedral, y dos de ellos permanecen de guardia durante todo el día frente al monumento de San Martín.
El hermoso monumento está formado por tres figuras femeninas, que representan los países que San Martín ayudó a liberar. Alrededor de la tumba reposan los restos de dos de sus generales y buenos amigos, Tomás Guido y Juan Las Heras, así como la tumba del soldado desconocido.