Si está experimentando el síndrome del nido vacío o tiene un pariente mayor que se va a mudar de una casa familiar a un centro de cuidados, tendrá que estudiar la posibilidad de reducir el contenido actual de la casa para determinar lo que se necesita y lo que cabrá en el nuevo hogar.
Ya sea que lo haga por usted o por otra persona, reducir el tamaño nunca es fácil. La mayoría de las personas tienden a «reducir el tamaño» cada vez que se mudan, y siempre tememos el proceso, ¿no es así? Nunca es fácil elegir y es aún más difícil renunciar a objetos que has tenido durante mucho tiempo.
Entonces, ¿por dónde empezar?
Identifique a dónde llevará las cosas que le sobran
Ya sea que esté ordenando las pertenencias de sus padres después de su muerte o simplemente tratando de reducir sus propias pertenencias, determinar a dónde llevar todo es difícil.
Antes de decidir lo que necesita regalar, decida a dónde irá; familiares, amigos, organizaciones benéficas o a una subasta. Haga una lista y, a medida que vaya recorriendo la casa, empiece a hacer montones.
Evaluar el nuevo hogar
Obtenga un plano o diseño de su nueva casa; averigüe el tamaño exacto de cada habitación y, a continuación, decida qué muebles grandes pueden trasladarse con usted. Saber lo que cabe y lo que no cabe hace que la decisión sea más fácil.
Revise cada habitación y haga preguntas
Primero, empiece por las zonas de su casa que no utiliza mucho, como el ático, el sótano, el lavadero o la habitación de invitados. Es más fácil deshacerse de las pertenencias de las habitaciones que se utilizan principalmente para el almacenamiento.
Empaca sobre la marcha. Reúna el material de embalaje y recorra lentamente cada habitación. Saque los objetos de la casa lo antes posible. Es muy fácil cambiar de opinión o empezar a sacar artículos del montón.
Mientras recorre cada habitación, hágase algunas preguntas sobre cada artículo:
- ¿Cuándo fue la última vez que usé esto?
- Si lo uso, ¿con qué frecuencia y por qué? ¿Qué propósito tiene?
- ¿Tengo otro artículo que pueda servir para el mismo propósito que éste?
- ¿Es este artículo algo que me gusta? ¿Tiene un valor sentimental que no puede ser reemplazado?
- ¿Puedo pasar sin él? ¿Tendré que reemplazarlo si decido deshacerme de él?
- ¿Está en buen estado? ¿Durará mucho tiempo?
- ¿Necesita reparación y, si es así, cuánto costará y vale la pena el precio?
- ¿Conozco a otra persona que se beneficiaría mucho más de su uso?
- ¿Sirve para algo en esta nueva vida a la que me estoy mudando?
Sea amable consigo mismo o con el familiar que se muda
Recuerde, mudarse no es fácil; supone un cambio significativo que es agotador físicamente y, en la mayoría de los casos, también emocionalmente abrumador. Añada a esto el hecho de que usted o un ser querido está reduciendo su tamaño, mudándose de una querida casa familiar a un condominio o comunidad de jubilados. Eso es un cambio aún mayor que toca un disparador emocional aún más profundo. Así pues, recuerde estos pensamientos al iniciar esta nueva etapa de su vida:
- Sea sensible con usted mismo o con el familiar que se muda.
- Recuerde que su objetivo no es deshacerse de todo lo que aprecia, sino simplificar su vida.
- Sea paciente y amable.
- Sea comprensivo si usted o su familiar están molestos.
- Dése tiempo para superarlo. Si está cansado, descanse. Tómese un descanso. Dé un paseo. Hable con alguien.
- Permítase llorar la pérdida.
- Si tiene dificultades, pida ayuda.
- Si no puede decidirse por un objeto, recuerde que puede guardarlo hasta que esté preparado.
- Permítase a sí mismo o a su familiar recordar. Todas las pertenencias contienen recuerdos, así que tómese el tiempo para reflexionar. Es un paso importante para posiblemente dejar ir.
Una vez que haya logrado empacar su casa, trate de celebrar esta nueva etapa de su vida. Llama a un amigo. Sal a cenar y sé buena contigo misma. Te lo mereces.