Cuando se produce una insuficiencia cardíaca

La insuficiencia cardíaca se produce cuando el corazón está dañado por un ataque cardíaco u otra causa, dejándolo incapaz de bombear la sangre a través del cuerpo tan bien como debería. Aunque existen tratamientos para controlar los síntomas, no hay cura. Es una enfermedad crónica de larga duración que empeora con el tiempo. En la actualidad, 600.000 canadienses padecen insuficiencia cardíaca y cada año se diagnostican 50.000 más.

«La insuficiencia cardíaca está alcanzando proporciones epidémicas en Norteamérica», afirma el Dr. Fedak.

Así que el impacto de la medicina regenerativa podría ser enorme. «Se trata de tomar células del cuerpo que podrían convertirse en un nuevo músculo cardíaco o ayudar a reparar el corazón dañado», dice. «Tu cuerpo tiene la capacidad de curar el corazón. Antes pensábamos que no, pero ahora sabemos que el corazón puede curarse a sí mismo».

Reparar un corazón dañado

La investigación del Dr. Fedak, con financiación de la Fundación del Corazón y el Ictus, busca reparar los tejidos dañados en el músculo cardíaco tras un ataque al corazón. «Mi investigación incluye un material biológico -un parche orgánico- que podemos coser en la superficie del corazón, en el lugar donde el músculo cardíaco está dañado». Este parche envía señales hacia el músculo después de un ataque al corazón para estimular el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos.

«Como cirujano, puedo hacer un bypass coronario y crear un gran vaso sanguíneo, pero no puedo crear esos pequeños vasos sanguíneos que deben llegar a las zonas profundas del músculo para ayudar a repararlo. Tenemos datos muy interesantes, todo encaja y tiene mucho potencial», explica.

La investigación del Dr. Fedak podría cambiar las reglas del juego para los pacientes con insuficiencia cardíaca. Él y su equipo llevan unos 10 años trabajando para entender mejor cómo puede funcionar este parche orgánico, y ahora están cerca de trasladar esta terapia a los pacientes.

En cuanto a Scott Ouellette, esperó 113 días con ese dispositivo en el pecho, hasta que finalmente llegó la llamada de que un corazón de donante le estaba esperando. Hoy, él y su familia disfrutan de la vida al máximo, y agradecen cada día la investigación y la experiencia médica que le salvaron la vida.

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