En 1999, un adolescente larguirucho y de amplia sonrisa visitó con su padre el campamento Boggy Creek, un campamento de SeriousFun en Florida, y supo que su vocación era llevar un campamento similar a las colinas de Carolina del Norte, donde había crecido. Este joven era el prometedor piloto de carreras Adam Petty, hijo del piloto de NASCAR Kyle Petty, nieto de la leyenda de las carreras Richard Petty y bisnieto del pionero de NASCAR Lee Petty. Este piloto de cuarta generación estaba comenzando su propia carrera de carreras mientras aún dormía bajo el techo de sus padres, pero Adam era más sabio que su edad. La pasión le impulsaba tanto en la pista como en su deseo de ayudar a los demás. Entre carrera y carrera, Adam solía ir a los hospitales pediátricos a visitar a niños con problemas de salud. También empezó a ahorrar dinero y a desarrollar los planes para el campamento infantil de sus sueños. Un año después de su conmovedora experiencia visitando a niños en el Campamento Boggy Creek de Florida, Adam Petty perdió trágicamente la vida en un accidente de carrera en el New Hampshire Motor Speedway. Sólo tenía 19 años.

Para honrar la memoria de Adam, la familia Petty reunió sus fuerzas y se desafió a sí misma, a sus amigos y a la comunidad de la NASCAR para construir su inspirado sueño: un lugar donde los niños con enfermedades graves pudieran experimentar las alegrías de la infancia y olvidarse de estar enfermos por un tiempo. Con un terreno donado por Richard y Lynda Petty, la familia Petty encabezó una campaña de capital en 2002 y, dólar a dólar, recibió donaciones de empresas, particulares y fundaciones para construir lo que se convertiría en Victory Junction, un campamento con temática NASCAR situado en Randleman, N.C. El legado de amor de Adam se hizo realidad cuando abrimos las puertas a nuestros primeros campistas en junio de 2004.

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