En el día a día estamos en contacto con nuestras necesidades físicas. Las sensaciones incómodas, como la fatiga o el hambre, son formas en las que nuestro cuerpo nos llama para atender nuestras necesidades. Las necesidades psicológicas nos dirigen de forma similar: cuando no se satisfacen, surgen emociones desagradables. Pero, en comparación con nuestras necesidades físicas, ignorarlas no conlleva consecuencias fatales directas. Esto se convierte en un reto: acabamos siendo menos practicantes a la hora de resolver nuestras necesidades psicológicas.

En la psicología moderna tenemos diferentes teorías sobre el número exacto y los tipos de necesidades psicológicas básicas. Algunos proponen una determinada jerarquía de necesidades psicológicas, mientras que otros postulan una combinación de muchas necesidades equivalentes diferentes. El aclamado enfoque del psicólogo Klaus Grawe está especialmente bien fundamentado con datos empíricos. Contiene las siguientes cuatro necesidades psicológicas básicas

1. La necesidad de apego

Nuestra necesidad de apego desempeña un papel especialmente central en los primeros años de nuestra vida, en los que dependemos de la ayuda de los demás para sobrevivir. Si tenemos un cuidador con el que podemos contar (como una madre o un padre), desarrollaremos una base de confianza, no sólo en ellos, sino en otras personas y relaciones en general. Sin una persona de contacto fiable en los primeros años, las posibilidades de desarrollar un trastorno de apego o un trastorno psicológico, más adelante, son mayores. Nuestras primeras experiencias con las relaciones nos moldean para el resto de nuestra vida.

Incluso años después, cuando nos convertimos en adultos y somos autosuficientes, nuestra necesidad de apego juega un papel importante en nuestro bienestar. A veces, quizá tú también has luchado con situaciones en las que te has sentido solo o has echado de menos a alguien. En esos momentos, probablemente tu necesidad de apego se hace sentir.

2. La necesidad de orientación y control

Al sentirnos conectados y protegidos por nuestra persona de contacto, pronto crecemos en curiosidad y desarrollamos nuevos deseos, entre ellos: la capacidad de moldear nuestra propia vida de forma independiente, de comprender e influir en nuestro entorno y de tomar nuestras propias decisiones.

Violamos esta necesidad, cuando experimentamos repetidamente que las situaciones que nos rodean son impredecibles, o cuando empezamos a creer que no podemos tener ninguna influencia en las cosas que suceden a nuestro alrededor. En nuestra infancia puede surgir una necesidad insatisfecha cuando, por ejemplo, la falta de reglas justas y coherentes que podrían orientarnos, provoca la sensación de imprevisibilidad de todas las cosas que nos rodean. Del mismo modo, en la vida adulta, sucesos como la muerte de un ser querido, o la pérdida repetida de un trabajo pueden estropear la creencia de que sí tenemos control sobre nuestra propia vida.

3. La necesidad de aumentar la autoestima

Seguro que has experimentado lo bien que te puedes sentir al alcanzar una meta personal o al recibir un cumplido por algo que es importante para ti. Esa es tu necesidad de mejora de la autoestima pasando a saludar. Se trata de un anhelo que conocemos desde la infancia, de percibirnos como competentes, buenos y apreciados por los demás. Esta necesidad se satisface de diferentes maneras: Por ejemplo, si crecemos en un entorno que confía en nosotros y reconoce el esfuerzo que ponemos en las cosas. Al mismo tiempo, sabemos, y la gente nos lo comunica, que nuestros fracasos no disminuyen nuestro valor, sino que nos ayudan a crecer y aprender. Todos sabemos lo difícil que puede ser satisfacer totalmente esta necesidad: creer realmente en nuestra autoestima.

4. La necesidad de aumentar el placer y evitar el dolor

¡Asimismo, la procrastinación! Evitar nuestras obligaciones durante horas, no ir al gimnasio, estudiar menos de lo previsto inicialmente… Todo esto parece pereza, a primera vista -cuando en realidad, es principalmente la expresión muy normal de una necesidad humana básica. Todos nosotros, desde el momento en que nacemos, nos esforzamos por vivir experiencias placenteras, como comer, relajarnos, practicar aficiones, etc. Estas cosas nos hacen felices y estar contentos con el mundo que nos rodea.

Sin embargo, la capacidad de enfrentarse a sensaciones y responsabilidades desagradables es un hito muy importante del crecimiento. Soportar estas situaciones, en cierta medida, nos anima a alcanzar nuestros objetivos a largo plazo. Si queremos sacar una buena nota, tendremos que aprender a motivarnos en algún momento… y soportar un nivel soportable de emociones no positivas en el proceso.

Las necesidades satisfechas hacen una persona satisfecha

Es sencillo, en realidad. Si nuestras necesidades básicas están satisfechas, nos sentimos bien. Experimentamos sentimientos positivos como la alegría, la satisfacción o el orgullo. Tal vez conozcas la sensación de confort y alegría, cuando vuelves a ver a una persona importante, después de mucho tiempo? Lo más probable es que esa sea tu necesidad de apego satisfecha en ese momento. Igualmente, es probable que también conozcas la satisfacción de viajar, de sentirte lejos, independiente y libre… Ahí, tu necesidad de control está cosechando una merecida satisfacción.

Tus necesidades no pueden ser satisfechas las 24 horas del día

Claro que no podemos satisfacer nuestras necesidades básicas de forma constante y óptima. En determinadas situaciones y fases de la vida, por ejemplo, tras una mudanza a una nueva ciudad o una ruptura, nuestras necesidades básicas pueden verse temporalmente frustradas. Normalmente, con el tiempo, podemos crear las condiciones necesarias para volver a la normalidad y atender todas las necesidades que tenemos. Por ejemplo, encontrando nuevos amigos o acercándonos a los antiguos.

Sin embargo, estas fases duras son esenciales para potenciar el crecimiento personal y el aprendizaje, de vez en cuando. Además, en esos momentos ganamos confianza, más que nunca, en nosotros mismos y en nuestras capacidades para manejar los retos que se nos presentan.

Los deseos regularmente desatendidos cuentan una historia diferente

El truco está en averiguar cuánto es demasiado: Si las necesidades básicas no se satisfacen permanentemente, esto no sólo va acompañado de sentimientos negativos persistentes y tensión, sino también de una mayor susceptibilidad a los trastornos mentales. Si nuestra necesidad de apego se ve frustrada durante un periodo prolongado, por ejemplo porque no tenemos contactos sociales, es más probable que suframos sentimientos graves de soledad. Y eso puede potenciar el desarrollo de un trastorno depresivo.

Otro desafío surge cuando diferentes necesidades básicas se contradicen a largo plazo. Por ejemplo, entablar una nueva relación satisface la necesidad de apego y, al mismo tiempo, viola la necesidad de control independiente.

En estos casos, es importante abordar y reconocer nuestros deseos y considerar cómo podemos conciliar nuestras necesidades individuales.

Por qué pesan más las necesidades no respetadas de nuestra infancia

Es problemático cuando nuestras necesidades básicas no se satisfacen repetidamente en la infancia. Tal vez sentimos que no podíamos confiar en nadie o nos sentimos constantemente desvalorizados por los demás. En ese caso, nuestras necesidades han permanecido constantemente activas y, en ocasiones, han controlado nuestro comportamiento, de forma muy similar a como las necesidades físicas insatisfechas, como el hambre o la sed, no desaparecen sin más. Incluso nos hacen menos receptivos al momento que sucede a nuestro alrededor.

Si nuestra necesidad de autoestima se frustra masivamente en la infancia, podríamos centrar nuestro comportamiento excesivamente en satisfacerla, por ejemplo, esforzándonos por conseguir un éxito sobresaliente.

El pasado ya no se puede cambiar. Pero aún podemos lidiar con nuestras necesidades frustradas de la primera infancia y encontrar soluciones sanas y satisfactorias sobre cómo lidiar con ellas hoy. Por eso es un tema importante en prácticamente cualquier psicoterapia.

Jack está en la búsqueda del amor verdadero, Jill prefiere viajar sola

Aunque todos tenemos las mismas necesidades, la importancia de cada una de ellas varía mucho para el individuo. Simplemente, ciertas necesidades son más importantes para nosotros que otras. Igualmente, qué estrategias son las mejores para satisfacer estas necesidades depende de nuestras experiencias de aprendizaje y de nuestra personalidad. Mientras que para una persona la autonomía es sagrada y viajar solo durante semanas es la mejor manera de cargar las pilas, la otra persona prefiere las relaciones íntimas y estables al «tiempo a solas».

Además, la importancia de las necesidades individuales puede aumentar o disminuir durante ciertas fases de la vida. Un ejemplo de ello es el deseado desprendimiento del cuidado paterno que suele comenzar con la pubertad: Aquí, la necesidad de autodeterminación es particularmente fuerte, mientras que la necesidad de apego a los cuidadores madre y padre se desvanece temporalmente en el fondo. En otras palabras, la necesidad de autodeterminación se convierte en la prioridad temporal.

Un primer paso hacia la realización: Entender e identificar nuestras necesidades

Más que nada, es esencial para tu bienestar conocerte a ti mismo y tus necesidades. Averiguar en qué te apoyas para satisfacerlas. Tus sentimientos te dan una pista importante.

Paso nº 1: ¿En qué situaciones te sientes especialmente satisfecho o en paz? ¿Entre amigos cercanos? Cuando consigues algo importante para ti? Cuando te acurrucas en la cama con un libro?
Paso #2: Piensa en qué necesidad podría estar presente en estas situaciones.
Esto va en ambos sentidos: Si se producen sentimientos negativos, también puede preguntarse qué necesidad podría estar «sedienta».

Un diario del estado de ánimo podría ayudarle a rastrear los orígenes de estos patrones más fácilmente. El curso «¿Por qué me siento así?» de nuestra aplicación Moodpath puede ayudarte a descubrir qué necesidades son más importantes para ti y cómo satisfacerlas. Si tiene la impresión de que sus necesidades están actualmente en guerra entre sí y está sufriendo por ello, puede ser una buena idea considerar el apoyo profesional.

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