Antes de los años noventa, se consideraba que esta fuerza era la que más contribuía a impulsar las placas alrededor de la Tierra. Sin embargo, esta idea ha cambiado y se ha determinado que el mecanismo principal es la tracción de las placas. No obstante, el empuje de las crestas se sigue considerando importante, especialmente cuando la tracción de las placas es escasa o nula (por ejemplo, la placa antártica mencionada anteriormente). Los geólogos han propuesto dos modelos principales de empuje de cresta. Bott (1991) afirma que los dos modelos que compiten son el de la «cuña gravitacional» y el del «deslizamiento gravitacional». Recientemente, el deslizamiento por gravedad ha surgido como el modelo dominante.
El nombre dado a esta fuerza es en realidad bastante engañoso y ha llevado a una mala interpretación de este proceso. Las crestas no se separan en los bordes, como se suele pensar en el modelo de cuñas gravitacionales. El «empuje» de las placas se debe en realidad a la diferencia de energía potencial gravitatoria entre una placa en su centro de propagación y la zona de subducción. Se sabe que las dorsales oceánicas se elevan miles de metros por encima del fondo oceánico. Cuando se crea un nuevo fondo marino, éste es caliente y relativamente delgado, además de estar mucho más elevado que las llanuras y fosas abisales. A medida que la roca se aleja del centro de propagación, las rocas continúan enfriándose. En la base de la corteza se va pegando material adicional procedente del manto. Esto significa que, a medida que la placa se aleja de la zona de propagación, se vuelve más densa, más pesada y más gruesa.
Debajo de la litosfera hay una zona de material blando y «plástico» llamada esteenosfera.Este material es menos denso que la placa que se encuentra por encima y actúa como una zona de cizallamiento masivo para la placa que la sobrepasa. La placa se deslizará efectivamente por la pendiente de la atenosfera debido a la diferencia de peso entre la placa en su centro de propagación y la zona de subducción. Dado que la placa se vuelve más gruesa y densa cuanto más se aleja del centro de propagación, la fuerza de empuje de la cresta aumentará hacia la zona de subducción.