La verdad honesta es que ella pasa más tiempo pensando en ti de lo que jamás admitiría.
La verdad honesta es que si supieras cuánto tiempo pasa hablando de ti, no oirías más que cosas buenas. Pero probablemente te molestarías tanto como lo hacen sus amigos.
La verdad honesta es que si supieras que eres el primer pensamiento por la mañana y el último por la noche quizás te sentirías menos solo al estar despierto por la noche.
La verdad honesta es que apenas duerme porque está atrapada entre el amor y el desamor. Se devanan los sesos preguntándose por ti y si todo está en su cabeza pero queriendo que lo que siente sea verdad.
Todos sus mejores amigos te conocen. Desde que llegaste a su vida, el tono con el que hablaba era siempre un poco diferente. Cada mirada era un poco más intensa. Y tanto si querían que se enamorara de ti como si no, te miran un poco escépticas porque no quieren ser ellas las que tengan que recogerla después de todo esto.
La verdad sincera es que le importas. Se preocupa más de lo que nunca esperó y por mucho que te asuste, a ella le asusta aún más.
Sé que lo ves.
Con cada gesto amable y cada palabra amable que sale de su boca, es imposible no sentirlo.
Cada abrazo perdura un poco más. Cada sonrisa es un poco más grande cuando estás cerca. Todo vuelve a ti.
Sé que la miras un poco diferente cada vez, en conflicto entre lo que podría ser bueno para ti y la incertidumbre de ‘¿lo quieres ahora mismo?’
La tienes cerca sólo que no lo suficiente. Te preocupas por ella pero no lo suficiente como para hacer algo al respecto. El coqueteo es cualquier cosa menos inocente y estás como dando un paso atrás y adelante entre la línea de lo que es aceptable y lo que no lo es. Hay una incertidumbre entre vosotros pero la verdadera cuestión no es cómo se siente ella. Siempre ha sido sobre ti. Y no es de ella de quien estás inseguro. Eres tú, tú mismo. La miras y ves a alguien con quien podrías ser feliz pero hay una aprensión en ti. A veces encuentras a la persona adecuada en el momento completamente equivocado.
La verdad honesta es que si pensaras en la persona perfecta sería ella pero te cuestionas si puedes ser lo que ella necesita y merece.
Mientras ella se revuelve el cerebro pensando que no es lo suficientemente buena para ti, tú te preguntas lo mismo. Estás atrapado entre ser egoísta y dejar entrar a alguien que es cualquier cosa menos eso.
Los dos hacéis este baile pero ninguno de los dos decís nada.
Quizás lo justificas diciendo que así es ella con todo el mundo. Pero creo que en tu corazón sabes que esto es un poco diferente a cualquier relación que hayas tenido.
Tal vez te gusta tenerla cerca sabiendo que alguien siempre estará ahí para ti porque si hay algo que ha demostrado es una lealtad que nadie puede sacudir.
Hay algo que decir sobre el tipo de chica que no te presiona de una manera u otra. Hay algo que decir sobre la chica con paciencia silenciosa mientras descubres lo que necesitas. Y todo lo que espera es que termine con ella.
Cada texto es contestado rápidamente. Y la verdad honesta es que si la alcanzaras primero le alegrarías el día.
Cada primer like puede ser siempre ella. Pero la verdad honesta es que no ves su cara iluminarse cuando es tu nombre el que aparece en su pantalla.
Cada snap se abre rápidamente. No hay una historia que se haya perdido de ver. Lo que no ves es que se interesa por tu vida pero más que eso quiere formar parte de ella.
Ella responde incluso cuando tú no lo haces. Ella da incluso cuando no eres recíproco.
Pero incluso las mejores personas se cansan.
Está cansada de dar lo mejor de sí misma aunque no se lo hayas pedido. Está cansada de esperar que un día te despiertes y te des cuenta de lo que ella se ha dado cuenta desde que te conoció. Está cansada de intentar demostrar que es la única lo suficientemente buena para ti.
Pero se aferra a ello porque cree que lo vales. Incluso cuando sus amigos le dicen que está perdiendo el tiempo y que merece más o alguien mejor. Ella no quiere algo mejor, te quiere a ti y sólo a ti.
La verdad honesta es que su confianza ha sido sacudida un poco contigo.
Pero va a haber un día en el que se dé cuenta de que no hay nada más que pueda hacer. Va a haber un día en el que se aleje. Y le romperá el corazón hacerlo pero es más desgarrador estar frente a esa misma persona todos los días y con incertidumbre.
Y cuando su silencio te haga dudar y tu teléfono no haya sonado con su nombre recuerda todo lo que hizo antes. Te preguntarás si todavía le importa. Y tal vez envíes un texto sólo para ver si ella responde. La verdad honesta es que si ella llega a un punto en el que es lo suficientemente fuerte como para ignorarte como lo hiciste tan a menudo con ella, la matará.
Vas a asumir que ella ha seguido adelante y tal vez conoció a alguien más. Pero la verdad es que no importa cuántos días pasen, probablemente siga pensando en ti. Probablemente siga mirando tus redes sociales de vez en cuando, aunque no le haya gustado nada. Tal vez su nombre ya no aparece cuando haces una historia pero ella quiere mirarla. Tal vez ya no viene por aquí como antes, sin explicación de por qué. Y probablemente ha dejado de hablar de ti con sus amigos.
La verdad honesta es que probablemente le está rompiendo el corazón sólo que no lo admite.
Este silencio es su grito más fuerte de que te echa de menos y quiere que vuelvas a su vida. Pero está atrapada entre echarte de menos y respetarse a sí misma lo suficiente como para no demostrarlo.
La verdad honesta es que te echa de menos más que a nadie, pero está esperando a que tú también la eches de menos.