La muerte es el final. La llamada del telón que no podemos evitar. Los créditos rodantes de los que no podemos escapar, por muy divertido que sea el espectáculo.

¿Pero y si hubiera otra forma? ¿Una forma de eludir procesos biológicos aparentemente seguros y aprovechar los futuros avances médicos? Para algunos humanos esperanzados, existe la criopreservación, también llamada «criónica». La mayoría de los científicos no le dan importancia a esta tecnología, pero es imposible descartar el sueño: ¿Y si las empresas han descifrado el código de la vida eterna? ¿Funcionará la criogenia? Y si lo hace, ¿qué significa para el futuro de la humanidad?

El Gran Enfriamiento

La criopreservación tiene una premisa sencilla: congelar a los seres humanos inmediatamente después de la muerte y mantenerlos congelados hasta el momento en que los científicos encuentren una cura para su enfermedad – cualquier cosa, desde el cáncer hasta la insuficiencia cardíaca o la vejez. Una vez que se encuentra una cura, los pacientes en criostasis se descongelan, se curan y reanudan su vida, potencialmente décadas o siglos después.

La idea ha existido durante más de 50 años: Como señala la PBS, todavía circula la historia de que, tras su muerte, Walt Disney fue congelado criogénicamente y almacenado en nitrógeno líquido. ¿Y quién puede olvidar las icónicas escenas de Han Solo congelado en «carbonita» y luego resucitado? Claro que los sables de luz y los Jedi que manejan la Fuerza eran geniales, pero también lo era la idea de que los seres humanos pudieran (incluso en contra de su voluntad) ser congelados y descongelados de nuevo.

¿Ciencia Sub-Zero, simplemente? Subpar

¿Y cómo funciona la criogenia? Según Particle, comienza después de que los pacientes sean declarados legalmente muertos. Los técnicos en criogenia drenan su sangre y la sustituyen por una solución diseñada para preservar los órganos, y luego siguen con una solución «crioprotectora» que congela las células sin provocar la formación de cristales que las dañaría al volver a la temperatura normal. A continuación, los cuerpos se colocan en tanques de nitrógeno líquido para su almacenamiento a largo plazo, con la advertencia de que el nitrógeno debe rellenarse regularmente para mantener la frescura de los seres humanos congelados. Aunque el proceso de congelación con nitrógeno en sí mismo no requiere electricidad ni intervención mecánica para mantener a las personas congeladas, si los tanques se dejan desatendidos durante algún tiempo, los resultados podrían ser… desagradables.

Las reacciones de la comunidad científica no han sido especialmente brillantes; la respuesta típica a la pregunta «¿funcionará la criogenia?» quizá esté mejor articulada en un artículo de 2015 de MIT Technology Review titulado The False Science of Cryonics. Como señala el artículo, más allá de los problemas para mantener los órganos y tejidos sanos, están los problemas para recrear la conciencia humana una vez que la muerte ha terminado. El autor, Michael Hendricks, señala que incluso intentar reconstruir la actividad cerebral de la criatura más conocida de la biología -el gusano redondo Caenorhabditis elegans- sería una tarea desalentadora, a pesar del conocimiento total de los genes, las células y la conectividad sináptica de la criatura.

A pesar de la frialdad de la comunidad científica en general, las empresas de criopreservación están ganando terreno en el mercado. Según Business Wire, el crecimiento de este vertical está impulsado por «la inversión gubernamental en el sector médico y el aumento de las muertes causadas por enfermedades incurables», mientras que las estrictas normativas gubernamentales y la falta de personal médico cualificado representan importantes retos. Aun así, empresas como la Alcor Life Extension Foundation y el Cryonics Institute están atrayendo a nuevos clientes: Alcor cobra 200.000 dólares por el privilegio de ser congelado, mientras que el Cryonics Institute pide la friolera de 28.000 dólares.

Según señala Forbes, en la actualidad hay suficientes personas que gastan en criogenia como para impulsar la creación de «fideicomisos de reanimación», documentos legales que reservan fondos para los recién fallecidos, inmediatamente congelados y que pronto serán resucitados. Mientras que algunos abogados consideran que el concepto es ridículo, otros están de acuerdo y ofrecen plazos de fideicomiso de reanimación de entre 50 y 200 años.

Derrumbe

Más allá del escepticismo científico y de la falta de personal cualificado, persisten dos grandes problemas para la criogenia.

El primero viene después de descubrir la cura de enfermedades incurables: ¿Cómo pueden los seres humanos congelados volver a alcanzar temperaturas habitables sin que los sistemas fallen por completo? Se trata de un problema importante por dos razones: aunque se evite la formación de cristales durante el enfriamiento, éstos casi siempre se forman durante el proceso de calentamiento, y todas las partes del cuerpo humano deben alcanzar la temperatura al mismo tiempo, a pesar de las diferentes densidades. Es fácil ver el desastre inminente si los cerebros se calientan antes que los corazones que laten, o las extremidades se descongelan antes de que la sangre pueda empezar a bombear, dijo Inverse.

El descongelamiento de Han Solo en «La guerra de las galaxias» presenta una posible opción: Un calentamiento uniforme superrápido que evite la formación de cristales y conserve las funciones corporales. ¿La advertencia? La tecnología actual no se acerca a la marca.

El segundo gran problema proviene de los procedimientos actuales de criogenización: Como señala Science Alert, un costoso laboratorio de criogenia ha sido demandado porque -a pesar de un supuesto contrato que establecía lo contrario- sólo congelaron la cabeza de un cliente y enviaron su cuerpo a los familiares sin notificarlo.

¿Funcionará la criogenia?

Respuesta corta: No.

No en su forma actual. Aunque es posible enfriar y congelar indefinidamente a los seres humanos después de la muerte, calentarlos para recibir la cura de su enfermedad incurable los matará casi inevitablemente, si es que no han sido decapitados accidentalmente. Esto no quiere decir que no haya mercado para las tecnologías de frío: Según la Medical Device Network, en la actualidad se están probando tecnologías de criogenización para el tratamiento de pacientes con fibrilación auricular (Afib).

Si esperaba un futuro congelado, prepárese para una fría dosis de realidad: A pesar de contar con un mercado lucrativo, el concepto de criopreservación científicamente sólido está muerto al llegar.

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