Actividades revolucionarias
La participación de Danton en la fundación del Club de los Cordeliers, que se convirtió en la avanzadilla de la actividad popular revolucionaria, sugiere que desde el principio de la Revolución se inclinó por la «causa del pueblo». Participó en la caída de la Bastilla, el 14 de julio de 1789, y fue el más abierto crítico de la comuna y del marqués de Lafayette. Tras la infructuosa huida del rey Luis XVI en junio de 1791, Danton fue uno de los que pidió la creación de una república, y sus discursos fueron considerados responsables de la agitación popular que culminó con la masacre del Campo de Marte.
En diciembre de 1791 Danton fue elegido primer fiscal adjunto de la Comuna de París. Tras la invasión de las Tullerías, el 20 de junio de 1792, fue elegido presidente del Distrito Electoral del Teatro Francés. Se pronunció en contra de la distinción entre ciudadanos activos y pasivos, convirtiéndose así en uno de los primeros en abrazar la concepción moderna de la igualdad jurídica de todos los ciudadanos. Al mismo tiempo, empezó a desempeñar el papel principal en la conspiración que condujo al derrocamiento de la monarquía el 10 de agosto de 1792. Estaba convencido, al igual que otros, de que mientras la monarquía siguiera existiendo, la Revolución estaría en peligro.
Danton fue posteriormente nombrado ministro de Justicia y se convirtió en el miembro predominante del Comité Ejecutivo. En este cargo, movilizó a la nación contra los invasores prusianos. Parece que no pudo hacer mucho para evitar las masacres de septiembre (1792), pero su silenciosa complicidad en ellas ahondó la división entre él y los roldanistas, lo que contribuyó a forzar el juicio del rey. Aunque Danton se opuso a este juicio, ya que haría imposible una paz negociada, finalmente votó a favor de la ejecución del Rey.
Durante este periodo, Danton pronunció su famoso discurso ante la Convención Nacional, en el que afirmaba que para proteger la Revolución era necesario que Francia asegurara sus fronteras naturales, aunque esto pudiera significar una perpetuación de la guerra. El 6 de abril de 1793 fue elegido miembro del recién creado Comité de Seguridad Pública y del Tribunal Revolucionario, lo que le permitió actuar como dictador de urgencia. Aunque Danton creía que era necesario destruir la disidencia interna, su política diplomática siguió siendo moderada. De este modo, alienó a la Comuna, que empezó a buscar el liderazgo de Robespierre y de los jacobinos más radicales. Los reveses en la Vandée y su intento de proteger a los girondinos, incluso después de su exclusión de la Convención Nacional, hicieron que Danton no fuera reelegido en el Comité el 10 de julio de 1793. El liderazgo de la Revolución pasó a Robespierre.
En octubre, Danton se retiró a su casa de Arcis; volvió a París al mes siguiente ante la insistencia de sus amigos, que temían la política terrorista de Robespierre. Sin embargo, las exigencias cada vez más radicales de los hébertistas asustan más a Danton, que apoya a Robespierre. Tras la supresión de los hébertistas, Robespierre actuó contra Danton, que había pedido el fin del Terror. Danton y sus seguidores fueron arrestados y juzgados por actividad antirrevolucionaria. El 5 de abril de 1794, Danton fue a la guillotina, que había jurado derribar o morir bajo ella.