La demanda dice que la pareja -Cristopher y Carie Keller- hizo la denuncia falsa en 2012, cuando dijeron a la policía de La Mesa que Quinn había abusado de las dos hijas de Christopher Keller, que entonces tenían 8 y 10 años.
Los Keller negaron las acusaciones de Quinn.
En ese momento, los Keller compartían la custodia de las menores con la madre de las niñas, Carla Sottile, que estaba casada con Quinn, según los registros judiciales. Un tribunal de familia de San Diego había denegado la solicitud de los Keller para obtener la custodia completa.
La demanda legal de Quinn en 2014 alega que los Keller trataron de obtener la custodia completa de las niñas haciendo falsas acusaciones de pederastia contra Quinn, que entonces protagonizaba el reality show de Discovery Channel «The Devils Ride». El programa seguía a Quinn y a otros miembros del club de moteros Laffing Devils.
En agosto de 2012, los Keller informaron a la policía de La Mesa de que tenían motivos para creer que Quinn había abusado sexualmente de las niñas, según su demanda. La policía de La Mesa entrevistó a los Keller, dispuso que un psicólogo de bienestar infantil entrevistara a las niñas, decidió que se justificaba una mayor investigación y arrestó a Quinn.
Durante la investigación, el abogado defensor de Quinn, Richard Berkon, proporcionó a las autoridades registros médicos que mostraban que Quinn tenía una condición de salud documentada que hacía que algunos de los actos sexuales que las niñas describían fueran físicamente «imposibles», según los registros judiciales. Berkon también proporcionó horarios de trabajo que mostraban que Quinn estaba fuera de la ciudad en algunas de las fechas en las que las niñas dijeron que había cometido los actos, y otras pruebas que ponían en duda las acusaciones.
Quinn y Sottile también encontraron una tarea escrita con la letra de Carie Keller, que una de las niñas había copiado con su propia letra, según la demanda. Berkon sospechaba que los deberes no eran lo único que Carie Keller había escrito de forma fantasma para la niña.
Una entrada en el diario de la niña, que los Keller habían señalado como prueba de la culpabilidad de Quinn, le pareció extraña a Berkon porque estaba escrita en tercera persona y como una directiva, según la demanda. La niña había escrito que debía «‘no olvidar decirles que tu padrastro estaba mirando tus partes íntimas durante tu visita al médico'».
Quinn negó haber llevado a la niña al médico, y autorizó a éste a hablar con las autoridades.
Los fiscales decidieron no acusar a Quinn de un delito, pero su detención fue noticia y su vida se desmoronó rápidamente, dijo Douglas S. Gilliland, abogado de Quinn para el caso civil.
El tribunal de familia concedió a los Keller la custodia completa de las niñas. Sottile se marchó y finalmente se divorció de Quinn porque pensó que cortar los lazos con él era su única oportunidad de recuperar la custodia parcial de sus hijas, dijo Gilliland. Quinn fue despedido de «The Devils Ride». También fue expulsado de su club de motociclistas y se vio obligado a esconderse debido a las amenazas de muerte, según su abogado.
Gilliland dijo que Quinn pudo salir de su escondite poco a poco después de que los miembros del club se enteraran de que los fiscales no habían acusado a Quinn.
«Creo que un miembro de mayor rango (de otro club de motociclistas) básicamente hizo una declaración de que si el fiscal no acusaba, probablemente no había ocurrido», dijo Gilliland.
Quinn nunca fue contratado de nuevo en el programa de televisión, y ahora está trabajando en trabajos ocasionales, dijo Gilliland.
Los Keller intentaron y fracasaron en conseguir que un juez del tribunal superior desestimara la demanda de Quinn antes de tiempo por falta de mérito, según muestran los registros judiciales. Entonces llevaron el caso al Tribunal de Apelación de California. La decisión del miércoles confirmó el fallo del tribunal inferior, y los jueces de apelación también consideraron que Quinn había demostrado una probabilidad suficiente de prevalecer en sus reclamaciones en el juicio.
El abogado de los Keller, Dan H. Deuprey, proporcionó una declaración en nombre de sus clientes, instando a la precaución en contra de la lectura de cualquier cosa en la decisión de apelación.
«La decisión del tribunal no sopesó la credibilidad de ningún testigo ni decidió si las alegaciones eran verdaderas o falsas», dijo la declaración. «La única conclusión fue que el demandante había presentado el umbral mínimo de pruebas necesarias para evitar una desestimación anticipada del caso».
El comunicado dijo que los Keller «creen firmemente en la credibilidad de los informes de sus hijos sobre la conducta inapropiada de su ex padrastro, tanto en el momento de los informes como hasta el día de hoy.»
El comunicado señaló que numerosos profesionales de las fuerzas del orden y del bienestar infantil realizaron investigaciones exhaustivas antes de detener a Quinn.