En medicina deportiva, la estimulación eléctrica neuromuscular (EENM) se ha utilizado para el fortalecimiento muscular, el mantenimiento de la masa y la fuerza muscular durante períodos prolongados de inmovilización, el reentrenamiento muscular selectivo y el control del edema. Para producir estos efectos se ha utilizado una gran variedad de estimuladores, como la corriente alterna modulada por ráfagas («estimulador ruso»), los estimuladores de corriente pulsada monofásica de dos picos y los estimuladores de corriente pulsada bifásica. Varios investigadores han informado de un aumento de la fuerza muscular isométrica tanto en adultos jóvenes sanos estimulados por la EENM como en los entrenados por el ejercicio, en comparación con los controles no ejercitados, y también de que no hay diferencias significativas entre los grupos de EENM y de ejercicio voluntario. Parece que cuando se combinan la EENM y el ejercicio voluntario no hay diferencias significativas en la fuerza muscular después del entrenamiento en comparación con la EENM o el ejercicio voluntario por separado. También hay pruebas de que la EENM puede mejorar el rendimiento funcional en diversas tareas de fuerza. Se han sugerido dos mecanismos para explicar los efectos del entrenamiento observados con la EENM. El primer mecanismo propone que el aumento de la fuerza muscular con la EENM se produce de forma similar al aumento de la fuerza muscular con el ejercicio voluntario. Este mecanismo requeriría que los protocolos de fortalecimiento de la EENM siguieran los protocolos de fortalecimiento estándar que requieren un bajo número de repeticiones con altas cargas externas y una alta intensidad de contracción muscular. El segundo mecanismo propone que el fortalecimiento muscular observado tras el entrenamiento con NMES es el resultado de una inversión del orden de reclutamiento voluntario con un aumento selectivo de las fibras musculares de tipo II. Dado que las fibras de tipo II tienen una fuerza específica mayor que las fibras de tipo I, el aumento selectivo de las fibras musculares de tipo II aumentará la fuerza global del músculo. Se ha estudiado ampliamente el uso de la estimulación eléctrica neuromuscular para prevenir la atrofia muscular asociada a la inmovilización prolongada de la rodilla tras una cirugía de reconstrucción de ligamentos o una lesión. La EENM ha demostrado ser eficaz para prevenir la disminución de la fuerza muscular, la masa muscular y la capacidad oxidativa de los músculos del muslo tras la inmovilización de la rodilla. En todos los estudios menos en uno, la EENM demostró ser superior en la prevención de los cambios atróficos de la inmovilización de la rodilla en comparación con la ausencia de ejercicio, el ejercicio isométrico del grupo muscular del cuádriceps femoral, la cocontracción isométrica de los grupos musculares de los isquiotibiales y del cuádriceps femoral, y el ejercicio combinado EENM-isométrico. También se ha informado de que la EENM aplicada a la musculatura del muslo durante la inmovilización de la rodilla mejora el rendimiento en tareas funcionales. (RESUMEN TRUNCADO A 400 PALABRAS)