BIBLIOGRAFÍA

Los dravidianos eran la población mayoritaria en todo el subcontinente indio antes del segundo milenio. Las pruebas de la existencia de los primeros drávidas proceden del estudio de la cultura indoaria, de las lenguas y de los hallazgos en muchos montículos, los más destacados de los cuales son Mohenjodaro, en Punjab, y Harappa, en el distrito de Larkana, en Sind. Las fuentes indican una temprana civilización india con desarrollos paralelos a los de Mesopotamia y Sumeria. En las excavaciones realizadas a partir de la década de 1920 se encontró una artesanía que define la cultura del Indo (o Harappa) de hace 5.000 años. La presencia de lanzas, arcos y ganado sugiere la transición de la sociedad de un matriarcado a un estado patriarcal. Para las transacciones utilizaban sellos como monedas, algunos de los cuales representan un prototipo del dios Shiva.

Los dravidianos tenían una cultura urbana avanzada más antigua que los arios, quienes, según cuentan las leyendas indias y algunos discuten, invadieron la India desde Asia central en varias oleadas alrededor del año 1500 a.C. El Rig Veda, una antigua escritura hindú, registra la destrucción de Harappa, entonces llamada Hariyopiyah (5.27.5). En particular, los invasores arios se centraron en la extinción de la tribu Dasyus, de piel oscura, una característica dravídica. Otro punto de vista indica que la cultura de Harappa ya se estaba desintegrando cuando llegaron los arios, tal vez por causas naturales como una inundación.

Entre las tribus de la selva del valle del Indo se encontraban los bhils, los kols, los santals, los kukis, los todas y los oraos, algunos de los cuales eran dravídicos. Una de las teorías es que los dravidianos escaparon a las colinas tras la primera invasión aria, lo que convirtió a las colinas en terreno seguro para los dravidianos. Los arios, al estar familiarizados con la agricultura y la ganadería, tuvieron el incentivo de despejar las tierras bajas en cooperación con los dravidianos. Así, las sabanas y los pantanos se transformaron en arrozales. En esta construcción de la civilización, los arios contribuyeron con el conocimiento de la fuerza de los caballos, el hierro y el distintivo idioma sánscrito a la fuerza de los bueyes de los harapanes, el cobre y el difícilmente definible idioma dravídico.

El vínculo entre el idioma harapán y los dravídicos es controvertido. Una teoría sostiene que los harapanes utilizaban un lenguaje de signos que no está basado en el alfabeto, como el sánscrito, mientras que otros sostienen que la lengua harapana está cerca de la lengua dravídica. La lengua proto-dravídica se situó en el escenario de la cultura Harappan. Los grupos lingüísticos más destacados de los drávidas en la actualidad son el brahue en el norte, el gond en el norte y centro de la India, el kannadigan en Karnataka y Maharastra, el malayali en Kerala, el tamil en el sur y el telugu en Andhra Pradesh. Las inscripciones de los yacimientos Harappan sugieren un parecido con el antiguo tamil que hoy hablan los dravidianos del sur de la India. Los genetistas están explorando el parentesco entre los hablantes de más de 20 grupos lingüísticos diferentes asociados con los dravidianos.

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BIBLIOGRAFÍA

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Lall Ramrattan

Michael Szenberg

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