El dolor es una experiencia sensorial desagradable asociada a un daño físico o a una experiencia emocional. Aunque es esencialmente una sensación, el dolor tiene un fuerte componente cognitivo y emocional que puede describirse en términos de sufrimiento. Los animales sienten y anticipan el dolor a través de mecanismos similares a los del hombre, por lo que es una obligación de los veterinarios promover una estrategia analgésica eficaz.
Para proporcionar un control adecuado del dolor es necesario reconocer y evaluar el dolor en los animales. Sin embargo, esta es una tarea difícil, ya que estos individuos no son capaces de comunicarse verbalmente. El reconocimiento del dolor en los animales se basa principalmente en la observación de los cambios de comportamiento, que deben ser específicos para cada especie. Los parámetros fisiológicos, como el aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial, también pueden incorporarse al proceso de evaluación del dolor, pero no deben utilizarse por sí solos, ya que pueden ser modificados por otros factores no relacionados con el dolor.
Tras superar el reto del reconocimiento, el siguiente paso es cuantificar la experiencia dolorosa, para determinar la necesidad y la eficacia de la intervención analgésica. Durante mucho tiempo, la cuantificación del dolor en medicina veterinaria se limitó al uso de escalas unidimensionales, como las escalas descriptivas simples, de calificación numérica y analógicas visuales, adaptadas de la medicina humana para ser empleadas por un observador. Sin embargo, la falta de un criterio objetivo para guiar la evaluación del dolor hace que estas escalas sean subjetivas y dependan de la experiencia del observador.
Para limitar la subjetividad y aumentar la precisión en el reconocimiento y la medición del dolor en los animales, los estudios han dirigido la atención al desarrollo y la validación de instrumentos de evaluación específicos para cada especie centrados en la descripción detallada de los cambios de comportamiento. Cuando se establece la validez y fiabilidad de estos instrumentos, constituyen la información más precisa y fiable para evaluar y cuantificar el dolor en la especie en cuestión.