Investigadores de Ohio descubrieron que la anchura del lomo y la circunferencia del hueso del cañón están relacionadas con la capacidad de carga. Los caballos con lomos más anchos y una mayor circunferencia del hueso del cañón sufrían menos dolores musculares a medida que aumentaba su carga de peso. Este hallazgo indica que la regla del 20 por ciento es un buen punto de partida.
Otro estudio analizó caballos árabes de resistencia que cargaban entre el 20 y el 30 por ciento de su peso corporal. Entre estos caballos, la cojera era más común en los caballos con huesos de cañón más pequeños (es decir, una menor circunferencia del hueso del cañón).
En comparación con el caballo árabe medio, los caballos islandeses son más compactos y tienden a tener huesos de cañón más gruesos. Además, los caballos islandeses son vistos regularmente llevando jinetes adultos a pesar de su pequeña estatura. Para evaluar los efectos de este tipo de trabajo, los investigadores estudiaron caballos islandeses que cargaban entre el 20 y el 35 por ciento de su peso corporal. Descubrieron que los caballos no tenían dolor muscular después de uno o dos días de trabajo y que la mayoría eran capaces de trabajar de forma aeróbica (con oxígeno) hasta que alcanzaban una carga de peso del 23 por ciento.
La función muscular aeróbica permite al caballo utilizar la energía de reserva y el oxígeno para contraer los músculos sin fatiga. Cuando falta oxígeno, el caballo debe utilizar vías alternativas, lo que puede provocar la acumulación de ácido láctico y dolor muscular.
Estos investigadores también descubrieron que la longitud de la zancada disminuía a medida que aumentaba la carga de peso. Sin embargo, la disminución de la longitud de zancada no afectó a la simetría de la zancada.
Cuando se describe un caballo que puede soportar fácilmente el peso por encima de la regla del 20 por ciento, piense en un caballo bien equilibrado que tiene un lomo corto y bien musculado y huesos de cañón gruesos. Este caballo también tendrá un centro de gravedad más bajo en comparación con un caballo con patas largas y una espalda larga y débil. En general, los jinetes deben ser conscientes de las debilidades estructurales de sus monturas y asegurarse de que sus planes de acondicionamiento físico abordan estas debilidades.