En NYU Langone, nuestros especialistas pulmonares tienen una amplia experiencia en el diagnóstico y el tratamiento de las bronquiectasias, una enfermedad pulmonar que provoca la cicatrización y el ensanchamiento de las vías respiratorias.
Los pulmones contienen tubos llamados bronquios, que se ramifican en miles de tubos más pequeños llamados bronquiolos. La mucosidad, también llamada esputo, recubre el revestimiento de estos tubos para mantenerlos húmedos y atrapar cualquier partícula extraña que entre en los pulmones. Unos pelos diminutos llamados cilios, que recubren las vías respiratorias, se encargan de barrer el exceso de mucosidad fuera de los pulmones para poder toserla y expulsarla del cuerpo.
En las bronquiectasias, las paredes de las vías respiratorias se engrosan y dilatan, lo que dificulta la expulsión del moco. Como resultado, la mucosidad se acumula en las vías respiratorias, lo que permite que florezcan las bacterias y aumenta el riesgo de infecciones graves. Las personas con bronquiectasias suelen tener tos, normalmente con esputo, y pueden experimentar dificultad para respirar.
Hay varias causas posibles de las bronquiectasias. Una de ellas es la fibrosis quística, una enfermedad hereditaria que produce una mucosidad espesa en los pulmones y los senos paranasales que es difícil de eliminar.
Tener una deficiencia de inmunoglobulina -en la que una persona carece de un anticuerpo que protege contra la infección de las membranas mucosas que recubren la boca, la nariz y las vías respiratorias- también supone un riesgo. Una deficiencia de inmunoglobulina puede aparecer de forma espontánea o transmitirse en las familias.
Muchas personas desarrollan bronquiectasias cuando una infección grave, como la tuberculosis, la tos ferina o la neumonía, lesiona las paredes de las vías respiratorias. La afección también puede producirse junto con una enfermedad autoinmune, como la artritis reumatoide o el síndrome de Sjogren. Estas afecciones afectan a las articulaciones y a los tejidos conectivos, causando inflamación en todo el cuerpo, incluidos los pulmones.
La enfermedad crónica por reflujo gastroesofágico, también conocida como ERGE, puede desencadenar síntomas de bronquiectasias. Cuando el ácido del estómago vuelve a subir al esófago, el ácido puede entrar en los pulmones, irritándolos.
Para diagnosticar las bronquiectasias, un neumólogo del NYU Langone hace primero una historia clínica. Le preguntará si padece alguna enfermedad asociada a las bronquiectasias, como la artritis reumatoide, o si tuvo infecciones pulmonares graves de niño. El médico también puede recomendar las siguientes pruebas.
Radiografía de tórax
Una radiografía de tórax utiliza radiación electromagnética para crear imágenes de las estructuras del tórax, como el corazón y los pulmones. Puede detectar cicatrices en los pulmones, un signo de bronquiectasias, y puede ayudar a descartar otras afecciones pulmonares.
Exploración por TAC
Si una radiografía de tórax no proporciona suficientes detalles, su neumólogo puede solicitar una exploración por TAC, que utiliza rayos X y un ordenador para crear imágenes tridimensionales y transversales del cuerpo. Una tomografía computarizada puede revelar que las vías respiratorias están dilatadas y engrosadas, lo que suele ocurrir en las bronquiectasias.
Cultivo de esputo
Es posible que su neumólogo quiera analizar su esputo, o moco, en busca de bacterias para determinar si tiene una infección pulmonar. El neumólogo recoge una muestra de flema al toser y la envía al laboratorio para su análisis. Si se encuentra alguna bacteria poco común, el médico puede sospechar que se trata de una bronquiectasia.
Para las personas diagnosticadas de bronquiectasias, un neumólogo puede recomendar la realización de pruebas de esputo periódicas para buscar ciertos tipos de infecciones, como infecciones por hongos o micobacterias atípicas.
Prueba de función pulmonar
Una prueba de función pulmonar es un grupo de pruebas utilizadas para evaluar la función pulmonar y los posibles daños. Las pruebas miden la cantidad de aire que pueden contener los pulmones, la rapidez con la que se inhala y exhala el aire y la cantidad de oxígeno que llega a la sangre a través de los pulmones.
La prueba más utilizada se llama espirometría. Mide la cantidad y la rapidez con la que se puede expulsar el aire de los pulmones. Durante esta prueba, usted respira en una boquilla conectada a un dispositivo de registro, o espirómetro. Las personas con daños en los pulmones tienden a tener problemas para exhalar.
Broncoscopia
Si tiene bronquiectasias y no está respondiendo al tratamiento, es posible que su neumólogo quiera realizar una broncoscopia para ver mejor sus pulmones y realizar una evaluación adicional. Un broncoscopio -un tubo largo, fino y flexible con una luz conectada a él- se inserta a través de la nariz o la boca y se introduce en las vías respiratorias.
Utilizando un monitor de vídeo que sirve de guía, el médico conduce el broncoscopio a través de las vías respiratorias para buscar una obstrucción debida a un exceso de moco espeso. La mayoría de las personas reciben sedación para el procedimiento y pueden volver a casa el mismo día.