Una zona del cuerpo que suele lesionarse es el pie, más concretamente, los dedos (falanges). Esto suele provocar la rotura (fractura) de uno o más huesos de los dedos del pie.
Un traumatismo o una lesión como un golpe en el dedo del pie (dedo atascado) o la caída de un objeto pesado sobre el dedo del pie pueden provocar la rotura del dedo. La ubicación de los dedos (en la parte delantera de los pies) hace que sean la parte del pie con más probabilidades de lesionarse.
Los movimientos repetitivos prolongados, como en ciertas actividades deportivas, pueden causar un tipo de fractura del dedo del pie llamada fractura de estrés o de la línea del cabello.
Se producirá dolor, hinchazón o rigidez en un dedo del pie roto tras la lesión. Puede ser difícil caminar debido al dolor, especialmente con un dedo gordo del pie roto. Esto se debe a que el dedo gordo soporta gran parte del peso del cuerpo al caminar o pivotar. Un dedo pequeño del pie roto puede ser doloroso, pero normalmente no limita la capacidad de caminar. Otros síntomas son la aparición de hematomas en la piel que rodea el dedo y un aspecto doblado o deformado del dedo si el hueso roto está fuera de su sitio.