Fiesta de los Santos Inocentes, mártires
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Calendario Antiguo: Los Santos Inocentes
«Se oye una voz en Ramá, llanto y gran duelo, Raquel que llora a sus hijos y se niega a ser consolada, porque ya no están.»
Durante esta octava de Navidad la Iglesia celebra la memoria de los pequeños del barrio de Belén asesinados por Herodes. Sacrificados por un monarca malvado, estas vidas inocentes dan testimonio de Cristo, perseguido desde su nacimiento por un mundo que no quiso recibirlo. Es Cristo mismo quien está en juego en este asesinato masivo de los niños; ya la elección, a favor o en contra de Él, se pone claramente ante los hombres. Pero los perseguidores son impotentes, porque Cristo vino a realizar una obra de salvación que nada puede impedir; cuando cayó en manos de sus enemigos en el momento elegido por Dios fue para redimir al mundo con su propia Sangre.Nuestra alegría navideña se ve hoy matizada por un sentimiento de tristeza. Pero la Iglesia mira principalmente a la gloria de los niños, de estas víctimas inocentes, que nos muestra en el cielo siguiendo al Cordero allá donde vaya.
Fiesta de los Santos Inocentes – Día 4
Los Santos Inocentes salvaron al Niño Jesús de la muerte del rey Herodes con el derramamiento de su propia sangre. Los Santos Inocentes son los patrones especiales de los niños pequeños, que pueden complacer al Niño Jesús siendo obedientes y serviciales con los padres, y compartiendo sus juguetes y amando a sus hermanos y compañeros de juego.
La fiesta de los Santos Inocentes es un momento excelente para que los padres inauguren la costumbre de bendecir a sus hijos. Del Ritual procede el formulario que utilizamos en ocasiones solemnes, como la Primera Comunión. Pero los padres pueden simplemente firmar una cruz en la frente del niño con el pulgar derecho mojado en agua bendita y decir: Que Dios te bendiga y sea el Guardián de tu corazón y de tu mente: el Padre, + el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.
- Actividad del día cuatro (Santos Inocentes)
- Receta del día cuatro (Blanc Mange)
Los Santos Inocentes
Hoy, queridos hermanos, celebramos el cumpleaños de aquellos niños que fueron masacrados, como nos dice el Evangelio, por aquel rey tan cruel, Herodes. Alégrese, pues, la tierra y exulte la Iglesia, madre fecunda de tantos campeones celestiales y de tan gloriosas virtudes. Nunca, en efecto, ese tirano impío habría podido beneficiar a estos niños con la más dulce bondad tanto como lo ha hecho con su odio. Pues como revela la fiesta de hoy, en la medida en que la malicia en toda su furia se derramó sobre los santos niños, la bendición del cielo se derramó sobre ellos.
«¡Bendita seas, Belén en la tierra de Judá! Has sufrido la inhumanidad del rey Herodes en el asesinato de tus bebés y por ello te has hecho digna de ofrecer al Señor una hueste pura de infantes. Con pleno derecho celebramos el cumpleaños celestial de estos niños que el mundo hizo nacer para una vida eternamente bendita más que desde el vientre de sus madres, pues alcanzaron la gracia de la vida eterna antes que el disfrute de la presente. La preciosa muerte de cualquier mártir merece un gran elogio por su heroica confesión; la muerte de estos niños es preciosa a los ojos de Dios por la beatitud que obtuvieron tan rápidamente. Pues ya al principio de sus vidas pasan. El fin de la vida presente es para ellos el comienzo de la gloria. Estos, pues, a los que la crueldad de Herodes arrancó del seno materno como niños de pecho, son justamente aclamados como «flores infantiles de mártir»; fueron los primeros brotes de la Iglesia, madurados por la escarcha de la persecución durante el frío invierno de la incredulidad. – San Agustín Cosas que hacer:
- Lee este artículo de Mons. Luciano Alimandi sobre la humildad de los niños.