Como pescador de cangrejos de primera generación, Keith pesca con el deseo de probarse a sí mismo y el estrés constante de mantener una costosa operación las 24 horas del día. A los 22 años, Keith dejó atrás su vida como vagabundo de esquí en el Lago Tahoe para buscar fortuna en el norte. Se subió a un avión con su mejor amigo y aterrizó en Kodiak, Alaska, sin experiencia, con una tienda de campaña y 50 dólares. Con una visión vaga, pero romántica, de trabajar en el mar y el rumor de grandes sueldos, Keith estaba decidido a probar algo nuevo y emocionante. Empezó como un auténtico novato en el cangrejero Alaska Trader.
Keith se enganchó al instante al estilo de vida de la pesca y a la camaradería de formar parte de una tripulación que trabaja junta contra los elementos. Aunque al principio sólo buscaba la aventura en las aguas de Alaska, Keith decidió convertirla en una carrera.
En 1988, tres años después de su llegada, se convirtió en marinero a tiempo completo en el Wizard. En 1990 obtuvo su licencia de guardacostas y se trasladó de la cubierta a la timonera. Dos años más tarde, recibió su licencia de capitán y ha permanecido allí como patrón.
En 2002, Keith compró el cangrejero Sirene (pronunciado Sea-Wren), pero continuó operando el Wizard. En 2004, vendió los derechos de pesca del Sirene en el marco de un programa gubernamental de reducción de la flota. Cuando este programa llevó a una reducción de la flota cangrejera de 250 a 80 cangrejeros, Keith siguió adelante y compró el Wizard para asegurar su participación en la industria cangrejera.
Keith confía y quiere a su tripulación aunque no siempre lo demuestre. Este es el barco de Keith y él es el líder indiscutible. Cualquiera que sea la causa, alguien o algo tiene que hacer estallar esta bomba de relojería que es el patrón, aunque el veterano capitán está tratando de ser más ecuánime ante los crecientes problemas de salud, incluida una infección en la columna vertebral que le mantuvo fuera de los caladeros de bairdi y opilio durante la temporada 2017/2018. Keith, un pescador de cangrejos de primera generación, pesca con un chip en el hombro, y las apuestas -tanto personales como profesionales- son más altas que nunca.