El ardor en los ojos es uno de los síntomas más comunes cuando algo en nuestra salud visual no va bien. Se pueden dar en multitud de problemas relacionados con los ojos, por lo que es importante saber identificar correctamente la causa de cada uno de ellos para poder aplicar el tratamiento más adecuado en cada caso.
Qué es el ardor en los ojos
El ardor en los ojos no es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma que puede estar asociado a diferentes problemas de salud visual. En general, al hablar de ardor en los ojos, se hace referencia a una sensación que suele ser descrita como picor intenso y escozor en la parte más exterior del ojo y que, debido a esto, obliga a los pacientes a tener que cerrar los ojos para reducir en parte esta sensación tan molesta.
Como se ha mencionado, el ardor en los ojos es un síntoma que nos indica que algo en la salud visual no está funcionando correctamente. Por lo general, se trata de una sensación común cuando algún cuerpo extraño entra en contacto con nuestros ojos (humo, polvo, arenilla, elementos alérgenos, etc.). En estos casos, la primera medida que se suele recomendar pasa por lavar los ojos con abundante agua para eliminar cualquier resto que pueda generar ese ardor y otros problemas adicionales.
Sin embargo, el ardor en los ojos también puede estar causado por otros motivos diferentes, por lo que, sobre todo si se trata de un ardor muy intenso y prolongado en el tiempo, se recomienda acudir de inmediato al médico para que pueda llevar a cabo una exploración del paciente.
Causas del ardor en los ojos
Las causas que pueden desencadenar la sensación de ardor en los ojos son múltiples. Algunas de las más habituales son las siguientes:
- Contacto con alguna sustancia irritante. Pueden ser de diversos tipos, desde el humo o la contaminación ambiental a productos químicos, polvo o arena. En estos casos, la causa del ardor suele identificarse de forma rápida, por lo que se debe proceder a limpiar la zona con abundante agua, lo que suele ser suficiente para reducir el ardor y conseguir que desaparezca a los pocos minutos. Si no fuera así, se recomienda acudir a un médico de forma inmediata para que pueda evaluar al paciente.
- Alergias. Aunque los alérgenos constituyen en sí una sustancia irritante para el paciente, estas deben ser tratadas de forma diferente. En el caso de un ardor puntual e intenso es posible que la alergia se deba al contacto eventual con el alérgeno. En estos casos, es importante limpiar correctamente la zona. Sin embargo, también habrá que valorar la posibilidad de que el médico prescriba un tratamiento concreto para evitar los principales síntomas de la alergia, que además del ardor en los ojos suelen ir acompañados de rinitis, estornudos y urticaria, entre otros síntomas.
- Síndrome de ojo seco. Otra posible causa del ardor en los ojos la encontramos en una cantidad o calidad insuficiente de lágrima. Esto provoca que el ojo no esté correctamente lubricado, lo que implica que se irrite y termine apareciendo el ardor, que suele ir acompañado de enrojecimiento de la esclerótica y sensación de arenilla en los ojos. El tratamiento más habitual en este caso suele ser la aplicación de lágrimas artificialles para corregir la falta de lágrima natural del paciente.
- Infección vírica o bacteriana: Así mismo, otra de las causas más habitual que favorecen la aparición de ardor en los ojos son las infecciones. Tanto en el caso de que se trate de una infección causada por virus como por bacterias, este problema produce ardor y escozor en los ojos, así como enrojecimiento, abundante lagrimeo, inflamación y, en el caso de las infecciones bacterianas, secreciones viscosas. El tratamiento más habitual será la aplicación de medicamentos que ayuden a curar la infección lo antes posible, así como mantener una correcta higiene de la zona afectada. En este caso, será necesario acudir al médico para que sea este quien prescriba el tratamiento más adecuado en cada caso.
En cualquier caso, el ardor en los ojos es un síntoma que puede estar asociado a muchas causas diferentes. Debido a esto, si se trata de un problema recurrente, lo más aconsejable será visitar al oftalmólogo para que pueda llevar a cabo una evaluación del paciente y descartar otras posibilidades.