Santa Fe es la capital más antigua de Norteamérica y el establecimiento europeo más antiguo al oeste del Misisipi. Pero esas largas raíces no hacen más que poner en escena el destino que se llama a sí mismo la Ciudad Diferente. Tanto si se sumerge en la diversa escena artística de Santa Fe, como si se aloja en una casita tradicional o explora el centro histórico que rodea el Palacio de los Gobernadores, todo en la zona está salpicado del encanto del Viejo Oeste.
Cómo llegar
El encanto de llegar a Santa Fe está en un pedestal tan grande que se ha puesto en las canciones de los musicales de Broadway. Pero en la vida real, por suerte, el Aeropuerto Regional de Santa Fe (SAF) tiene vuelos diarios sin escalas desde Denver, Dallas y Phoenix, todos los cuales conectan con otros centros del país. El Aeropuerto Internacional de Albuquerque (ABQ), más grande, está a una hora en coche, con servicios de transporte a las principales localidades de Santa Fe. El tren de cercanías New Mexico Rail Runner también circula a diario entre Albuquerque y Santa Fe. Si tiene previsto viajar por la región (por ejemplo, a Taos, que está a una hora y media al noreste), lo mejor es alquilar un coche, aunque también hay un servicio de autobús que recorre Cerrillos Road y un servicio de transporte gratuito que va desde la estación de tren hasta el centro de Santa Fe, Museum Hill y Canyon Road.
El tiempo
¿Cuántos días de sol hay en Santa Fe? Mientras que la media nacional es de 205 días, la capital de Nuevo México tiene una media de 325 días de sol al año. A una altitud de 7.200 pies, las temperaturas de Santa Fe son moderadas, con las más cálidas en julio y agosto en los 80 y 90 Fahrenheit, pero generalmente sólo de tres a seis días de algo más que eso. Las tormentas eléctricas pasan durante la temporada, pero aparecen y desaparecen rápidamente. Los inviernos se vuelven más fríos, ya que enero puede alcanzar mínimos de 17 grados Fahrenheit, pero las temperaturas suelen rondar los 30 años. La nieve cae de noviembre a abril, con una media de 32 pulgadas para la temporada. Pero en última instancia, la ciudad se enorgullece de que su baja humedad y sus cielos despejados la convierten en uno de los climas más confortables del país.
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