¿Están relacionadas las alergias y la depresión o la ansiedad?
Los síntomas de la alergia incluyen estornudos, secreción nasal, tos, dolor de garganta y dolor de cabeza. Estos síntomas van de leves a graves. Mientras que algunas personas con alergias pueden seguir su rutina diaria con un ligero malestar, otras pueden sentirse físicamente enfermas.
Conexiones
Si tiene depresión y ansiedad junto con alergias, podría pensar que las primeras condiciones no tienen nada que ver con las segundas. Pero resulta que parece haber una conexión entre las alergias y la depresión o la ansiedad.
Interesantemente, la rinitis alérgica se ha relacionado con tasas más altas de depresión y comportamiento suicida.
Ahora bien, esto no significa que todos los que tienen alergias también tendrán depresión o ansiedad, y viceversa. Pero es posible que se corra el riesgo de padecer depresión si se tienen antecedentes de alergias.
¿Cuál es la conexión?
Cualquiera que viva con alergias crónicas y persistentes puede atestiguar que se siente mal la mayoría de los días de la semana o del mes. Sentirse mal durante uno o dos días puede no mermar su estado de ánimo general. Por otro lado, experimentar más días malos que buenos podría acabar afectando a su perspectiva, y no para mejor.
La vida no se detiene cuando se trata de alergias, lo que significa que tiene que mantener su rutina diaria incluso cuando no se siente bien. Las alergias pueden afectar a su rendimiento en el trabajo y en la escuela, y dependiendo de la gravedad de los síntomas, cualquier tipo de actividad puede ser físicamente agotadora.
Aunque algunas personas no relacionan sus alergias con la depresión, existe una relación de larga data entre la salud física y el estado de ánimo.
De hecho, entre las causas de la depresión clínica se encuentran los acontecimientos estresantes y las enfermedades. Por ejemplo, ser diagnosticado con una enfermedad coronaria o un cáncer puede hacer que una persona sea más susceptible a la depresión.
Por supuesto, las alergias no son tan graves como algunos problemas de salud. No obstante, sentirse enfermo día tras día puede tener un coste emocional, independientemente de la gravedad de la enfermedad.
Alérgenos
Es importante tener en cuenta que los alérgenos que pueden desencadenar la depresión y la ansiedad no sólo incluyen los ácaros del polvo, la caspa de las mascotas, la hierba, la ambrosía o el polen. La depresión también podría producirse si no se pueden domar las alergias alimentarias (marisco, frutos secos, gluten).
El viejo adagio dice que «somos lo que comemos». En un estudio de 2017 sobre niños con y sin alergias alimentarias (entre los 4 y los 12 años), los investigadores concluyeron que las alergias alimentarias desempeñaban un papel en los niveles más altos de ansiedad social y ansiedad general en los niños de minorías de menor nivel socioeconómico.
El estudio no encontró una relación entre la depresión y las alergias alimentarias.
Por supuesto, los trastornos del estado de ánimo pueden producirse al margen de las alergias.
La depresión y la ansiedad leves pueden resolverse por sí solas. Si no es así, hable con su médico sobre el tratamiento. Las opciones pueden incluir la psicoterapia, un medicamento ansiolítico o antidepresivo, o un grupo de apoyo.
Los remedios caseros también pueden resultar eficaces, como:
- meditación
- respiración profunda
- ejercicio físico
- dormir
- consumir una dieta equilibrada y saludable
TRATAR LAS ALERGIAS PUEDE AYUDAR
Tratar las alergias también puede mejorar la depresión y la ansiedad. La rinitis alérgica libera citoquinas, un tipo de proteína inflamatoria. Se cree que esta proteína puede tener un efecto negativo en la función cerebral, desencadenando la tristeza y la depresión.
Además de tomar medicamentos para la alergia, puedes combatir la inflamación con los alimentos. Coma más verduras de hoja verde, bayas y frutos secos. Además, el jengibre y el té verde pueden ayudar a reducir la inflamación, al igual que dormir mucho, la terapia de masaje y el ejercicio regular.