Nuestra sociedad no estaría donde está hoy sin la revolución industrial. Gracias a las tecnologías producidas por esta era, tenemos de todo, desde rascacielos hasta ordenadores y automóviles.
Por otro lado, si la revolución industrial nunca hubiera ocurrido, tal vez no estaríamos enfrentando la crisis del calentamiento global que parece estar llamando a nuestra puerta. Puede que nuestros océanos no estén tan acidificados y que el derretimiento de los casquetes polares no sea una preocupación.
Hay varios pros y contras de la revolución industrial que hay que considerar. He aquí algunas de las ideas clave que hay que tener en cuenta.
¿Cuáles son los pros de la revolución industrial?
1. Aumentó las oportunidades de trabajo.
La revolución industrial hizo posible que más personas tuvieran trabajo. Antes de esta época, los puestos de trabajo se basaban en los estudios, las tradiciones familiares o un talento único que alguien tenía. Cuando se empezaron a construir fábricas en todo el mundo, esto permitió a la gente ganarse la vida de una forma muy diferente a la del pasado. Dio a la persona media la oportunidad de cambiar sus estrellas. Numerosas historias, desde George Stephenson hasta Richard Arkwright, mostraron cómo una persona podía cambiar el curso del mundo con estas tecnologías.
2. Inspiró la innovación.
En la revolución industrial hubo una gran riqueza. Un ejemplo de ello es la riqueza que Andrew Carnegie desarrolló en la industria del acero, convirtiéndose en una de las personas más ricas que han existido. Su riqueza superó los 300.000 millones de dólares en valor actual. Debido a las oportunidades disponibles para crear riqueza, muchos buscaron crear e innovar para tener la oportunidad de aprovechar lo que la era ofrecía.
3. Los niveles de producción aumentaron.
Antes de la revolución industrial, muchos productos se construían o fabricaban a mano. Esto requería una inversión de tiempo específica por parte del creador, por lo que la producción en masa era prácticamente imposible. La revolución industrial cambió esto. Las fábricas permitieron que grupos de personas fueran más productivos que una persona sola. Permitieron fabricar mejores productos o prestar mejores servicios. Esto permitió que las comunidades mejoraran su calidad de vida a lo largo del tiempo porque había un mayor acceso a los bienes y servicios.
4. Se creó la competencia.
Debido a que se podían fabricar múltiples productos en cualquier industria o sector, comenzaron a desarrollarse economías de libre mercado. En lugar de que los consumidores dependieran de una empresa o proveedor para que les diera lo que necesitaban, podían elegir entre una variedad de productos para poder satisfacer mejor sus propias necesidades. La revolución industrial desplazó el poder de las empresas a las manos de los consumidores.
5. Mejoró los procesos en prácticamente cualquier sector.
Después de la revolución industrial, los edificios se podían hacer mejor. El transporte ya no requería un caballo. La ropa podía ser más duradera y no era necesario hacerla en casa. Los productos alimenticios se hicieron más baratos de producir. Casi todos los sectores del comercio y la industria mejoraron durante este período, haciendo que los productos y servicios fueran mejores aunque no hubiera una influencia directa de la revolución industrial.
6. Redujo las influencias de las fronteras.
Antes de la revolución industrial, el comercio y los intercambios se limitaban al ámbito nacional en el mejor de los casos. El comercio internacional estaba presente, pero era difícil, debido al inmenso coste del transporte de mercancías. La revolución industrial facilitó y abarató el transporte, lo que permitió a las empresas crear una presencia internacional para su marca. Esto permitió a las comunidades experimentar nuevos bienes o servicios sin dejar de disfrutar de los productos locales.
¿Cuáles son los contras de la Revolución Industrial?
1. Cambió el mundo de ser una cultura rural a una cultura urbana.
La gente acudió en masa a las oportunidades que estaban disponibles gracias a la revolución industrial porque incluso los trabajos de nivel inicial eran más valiosos que el trabajo agrícola o las oportunidades de los negocios familiares. Muchas personas se mudaron de sus hogares rurales para poder estar más cerca de las fábricas donde podían conseguir un «buen» trabajo. Esto dificultó el acceso a los productos alimentarios durante casi una generación, mientras las sociedades luchaban por adaptarse a los cambios.
2. Todavía no conocemos los efectos de la contaminación en nuestro planeta.
Según el NRDC, todos menos uno de los 16 años más calurosos de los últimos 134 años de registro han ocurrido desde el año 2000. La revolución industrial no es la única fuente de contaminación atmosférica y global, pero es uno de los principales contribuyentes. La industria del carbón genera por sí sola 1.700 millones de toneladas de emisiones de carbono cada año. No sabemos cuáles serán las consecuencias a largo plazo de esta era.
3. Las condiciones de trabajo pueden ser brutales.
Antes de que se crearan los sindicatos y de que los gobiernos nacionales establecieran protecciones para la seguridad de los trabajadores, las empresas podían centrarse únicamente en los beneficios. Las condiciones de trabajo en muchas de las primeras fábricas durante la revolución industrial eran horribles. La gente se veía obligada a trabajar muchas horas por salarios bajos, tenía pocos descansos y trabajaba muy cerca de otros cientos o miles de trabajadores. Las enfermedades, el estrés y la muerte eran comunes en esas primeras fábricas.
4. No fue un fenómeno global.
No todas las naciones experimentaron su propia revolución industrial. Muchas de las naciones más pobres del mundo dependen hoy de los bienes y servicios que proporcionan las industrias de fuera de sus fronteras, lo que significa que los pocos recursos que tienen se destinan a los productos que necesitan en lugar de construir sus propias infraestructuras. Ha creado una brecha de riqueza entre las naciones industrializadas y las no industrializadas que quizá nunca se elimine realmente.
5. Requiere recursos naturales.
La mayoría de los procesos desarrollados durante las revoluciones industriales requieren combustibles fósiles para funcionar. Los combustibles fósiles son finitos por definición, lo que significa que un día se acabarán. A menos que se desarrollen nuevas tecnologías para reemplazar la total dependencia de los combustibles fósiles que existe en algunos sectores, el mundo desarrollado puede volver un día a un estado no desarrollado y esto provocará otro cambio social: de lo urbano a lo rural.
6. Los puestos de trabajo locales fueron cazados furtivamente.
Debido a que los beneficios eran la principal preocupación de las empresas durante la revolución industrial, se creó una carrera hacia el fondo en términos de salarios de los trabajadores. Las empresas podían contratar a los trabajadores que trabajaran por la cantidad más baja. Esto significaba que los puestos de trabajo locales podían ser robados por trabajadores extranjeros que estaban dispuestos a trabajar por salarios mucho más bajos. Este proceso de caza furtiva también limitó la necesidad de la artesanía y la habilidad individual, por lo que la gente comenzó a ajustarse a las necesidades de la empresa en lugar de abrazar su individualidad.
Los pros y los contras de la revolución industrial son una lucha.
Por un lado, tenemos el hecho de que nuestra sociedad no estaría donde está hoy sin ella. Por otro lado, es posible que nuestra sociedad no pueda seguir existiendo gracias a ella. Sólo una cosa es segura: debemos seguir apostando por la innovación sin comprometer la seguridad ni el valor. Si lo conseguimos, podremos seguir disfrutando de los beneficios que nos ha proporcionado la revolución industrial.
Louise Gaille es la autora de este post. Es licenciada en Economía por la Universidad de Washington. Además de ser una escritora experimentada, Louise tiene casi una década de experiencia en Banca y Finanzas. Si tienes alguna sugerencia para mejorar este post, entra aquí para contactar con nuestro equipo.